Estaba en culto con mis amigos, les había invitado hace un par de semanas y no aceptaron pero como hoy tenían que hacer los oficios de la casa le dijeron a su mamá que irían a culto conmigo, al menos vinieron, talvez les guste esta vida.
- ¿Podrías dejar el teléfono?—le susurré a Liam quien ni siquiera lo tenía en vibrador así que cada vez que le llegaba un mensaje sonaba en toda la iglesia.
- ¿Cuánto dura esto? No puedo creer que vengas por tu voluntad, un velorio es más divertido que esto
- Lo dice el chico que no va a ninguno por temor a que el muerto salga del cajón y se le tire encima—sonreí—mira a Jason, está tranquilo.
La banda de la iglesia comenzó a tocar y yo junto con algunas personas nos levantamos a cantar, no tenía la mejor voz pero aun así lo hacía, vi a la chica que me gustaba tomar el micrófono y cantar la alabanza, se veía hermosa, sonreí.
- Hermano ¿ya casi?—lo ignoré seguí cantando.
Luego de tres canciones más, el pastor dio los anuncios, habría una venta de comida para recaudar fondos y repartir la comida a las personas de la calle. Sin pensarlo me anoté en el papel que estaban pasando y también anoté a los tontos a mi lado. Vi que Alexa estaba en la misma lista que yo, mi corazón se aceleró, entregue emocionado la lista y después de ser despedidos salimos a la calle.
- Esto es aburrido.
- Pues lo preferiste a estar con una escoba en tu casa, así que te aguantas.
- Podemos irnos, quiero que...
- Calla bocazas, mira—Liam señaló a Elizabeth una de las chicas del comité—esta para comérsela. Voy a invitarla a salir, talvez tenga acción esta noche.
- Buena suerte con eso, ella se reserva, no te lo dará a mandado a muchos a volar—reí.
- Tu incluido.
- No es mi tipo—confesé, si era linda, había de admitirlo, no muy alta, ojos verdes, cabello rizado castaño y buen cuerpo pero a mí me interesaba una rubia, ojos marrones. Alexa.
Fuimos andando hasta una esquina para esperar el taxi, luego de que Elizabeth rechazara rotundamente a Liam, nunca lo vi tan decepcionado, aunque nunca una chica le había dado una negativa, no era guapo pero si iba al gimnasio y era millonario, así que podía conseguir chicas.
- Te digo, ni siquiera me miro los músculos ¿estará ciega?
- No le interesa eso—aseguré. Había hablado con ella días antes, ya Elizabeth conocía a mis amigos pero nunca habló con ellos, solo de lejos se los presenté ya que estaban ocupados, uno leyendo y el otro conquistando.
- ¿Qué entonces? ¿Dinero? Porque tengo mucho.
- Su familia puede ser pobre pero no interesada—contesté irritado, me molestaba que fuera así.
- Liam, déjalo estar, la chica no le interesa nada de ti—intervino Jason.
Llegué a casa luego de dejar al par de hermanos en su mansión. Mi casa estaba a unas cuadras de la iglesia pero la casa de ellos estaba hacia el norte, por lo que tuve que esperar el auto bus. Estaba feliz porque vería nuevamente a Alexa, no cabía de la emoción. Una señora me miraba sonriente, tenía pocos dientes pero se me hizo adorable.
ESTÁS LEYENDO
Dios no te prohíbe divertirte
SpiritualMuchas personas piensan que por el solo hecho de seguir a Dios ya no podrás divertirte, que para seguirlo tienes que convertirte en un mojigato o en una persona aburrida. Yo tengo una opinión diferente y en esta pequeña historia planteare algunos de...