Capítulo 10

464 40 5
                                    


- Muy bien chicos ¿qué me perdí?

Liam llegó sonriente al parecer había logrado conquistar a una chica en la cafetería a la que fueron a buscar el desayuno. Ya sabía que el enamoramiento le duraría poco.


- Nada—respondió Eli con una sonrisa que no le llegó a los ojos.

- ¿Enserio?

- Si... ¿Qué trajeron?

- Oh... muchas cosas. Espero les gusten los huevos revueltos con salchicha y pan—respondió—trajimos más cosas pero solo comida chatarra—añadió sonriente.

- ¿podemos hablar un minuto Liam?

- Claro.


Lo llevé lo más lejos de Elizabeth que pude. Necesitaba contarle lo sucedido antes de que se enterara por otro lado. Si sucedía eso, posiblemente, me haría picadillo.


- ¿Por qué me trae tan lejos? ¿piensas matarme?—preguntó cómico, pero su expresión se tornó seria al ver que no le correspondía el chiste— ¿qué ocurre?

- Pues... —se rápido, como si halaras de una cinta que se te pegó en los bellos, un movimiento, tres palabras—Elizabeth me besó.


Se quedó pensativo, miraba el lago, la miraba a ella y luego a mí, pero no decía nada, parecía tranquilo pero las peores erupciones vienen de volcanes inactivos, y él para mí era un volcán.


- Interesante—fueron las únicas palabras que pronunció para volver a comenzar a mirar al mar, a Elizabeth y a mí.

- ¿La quieres?

- Sí, pero como amiga. Yo jamás te haría algo así y lo sabes.

- No te preocupes. Es decir... creo que solo era un capricho, en la cafetería encontré a una chica y tuvimos la plática más larga que he tenido con alguien, es decir antes de acostarme con ellas, sin embargo no quería dañar la impresión que le había dado. Me dijo que la invitara a algún lugar así hablaríamos de nuevo y no se me ocurrió más nada así que la invité para ir hoy a la iglesia—estaba sorprendido, por un lado lamentaba que Elizabeth allá sido solo otro capricho de su mente pero estaba feliz de que sentara cabeza, de hecho es la primera vez que no se va a la cama con una chica que trate de conquistar— ¿te quedaste mudo? Sí te gusta ve por ella, enserio.

- Pero... solo somos amigos.

- Créeme que si te beso quiere ser más que tu amiga. Ahora vamos a desayunar me muero de hambre y quiero ir a hacer ejercicio para ir por Johana.


Caminamos de regreso al campamento, él hablaba de su encuentro con Johana, aparentemente la chica amaba el fútbol, estudiaba gastronomía, era amante del café y tocaba el saxofón. Era la primera vez que lo veía tan feliz, tan... libre. Estaba feliz por él, pero aún quedaba un problema, yo no sabía qué sentía por Eli, conocía perfectamente que la quería pero ¿a qué grado? Tal vez el beso me había confundido pero la verdad besa muy bien, por Dios... qué estoy pensando.



(***)



Elizabeth se mantuvo lejos de mi todo el desayuno y todo el viaje de regreso, no quería que se alejara de mi pero tampoco quería lastimarla, y si mis sentimientos me estaban engañando la única que saldría herida sería ella.

Mientras aseaba la casa, ella salió, no me di cuenta, Daniel fue quien me avisó. Según él, había salido llorando y corriendo, la había escuchado hablar acerca de su hermano y el ejército y a sus padres vendiendo todo.


- Dany ¿Puedes terminar esto por mí? Le dices a mi madre que tuve que salir—él solo asintió.


Busqué por los lugares que ella concurría, pero no logré encontrarla. Después fui a su casa y encontré un camión de mudanza, solo le faltaba poco para terminar de llenarse, sin embargo las cosas de Eli estaban en cajas que estaban marcadas con la palabra "QUEMAR", pero ella no estaba allí.


Llamé a los chicos para averiguar si la habían visto pero lo negaron, Alexa incluso se ofreció a que la buscáramos entre todos pero sabía que mientras ella no quisiera ser encontrada era imposible tratar siquiera de buscarla. Volví a mi casa, no noté que había caminado por horas y que solo faltaba media hora para que el culto comenzara. Decidí cambiarme, motivado por la posibilidad de encontrarla allí y no me equivoqué. Ella estaba ahí, cantaba, estaba en la tarima cantando, nunca la había escuchado y mis oídos quedaron maravillados, tal vez no era experta pero cantaba realmente bien.


Estaba esperando impaciente a que me mirara, pero nunca lo hizo, tal vez le apenaba o tenía miedo de mi negativa, sin embargo yo estaba decidido. Quería intentarlo, la quería y nunca me di cuenta por mirar un amor imposible. Comencé a caminar hacia la tarima, quería alabar al señor junto a ella, quería que los tres fuéramos una unión, y sabía que si Dios estaba de mi lado así sería.


- Buenas noches—dije cuando estaba a su lado, interrumpí la canción pero había otra que quería cantar, que deseaba cantar—les pediré solo una cosa, muevan las sillas, dejen espacio libre porque hoy es noche de alabanza, hoy es para cantarle al Señor—le pedí a la banda que tocaran No hay lugar más alto, comencé cantar, todos comenzaron a cantar, estaba feliz pero Eli me miraba extrañada, quizás asustada pero luego del culto, luego de alabar a Dios durante dos horas seguidas, la invité a cenar, algo sencillo, un sanduche de echo, pero acepto. Desearía haber podido darme cuenta antes.


Estábamos comiendo ella sonreía tímida, temerosa de mis palabras pero siempre fuerte. Decidí empezar a hablar cuando terminara de comer, no quería que si se lo tomase a mal no comiera y durmiera con el estómago vacío.


- Tengo algo que decirte—comencé—acerca del beso.

- ¿Podrías olvidarlo?

- No quiero—aseguré—lo único que quiero es pedirte que lo intentemos. De hecho—había gente mirándome pero no me importó, me arrodillé y dije—Elizabeth, aquí pongo a Dios de testigo y te pido de favor, si quieres ser mi novia.

- Yo...



Dios no te prohíbe divertirteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora