- Chris... —Jason llegó y nada más al verme se quedó pasmado, y es que no creo que luzca muy bien, estaba completamente destruido y la verdad no me importaba, lo único que me importa es mi hermana—por Dios...
- Estoy bien—dije con sarcasmo—no es como si mi hermana haya tratado de suicidarse o que me toque mentirle a mis padres para poder seguir mis creencias, o que corra riesgo mi futuro por estas mierdas.
- Chris, yo...
- ¿Tú qué? ¿Qué puedes decirme? No creo que exista consuelo para lo que estoy sintiendo en este momento.
- Chris, tu hermana está viva, es algo que debes agradecer—puntualizó.
- ¿Y también debo agradecer que se auto mutile, que se odie, que no quiera vivir? Por favor—bufé—infórmale a Carlos, la verdad en este momento no me interesa si se pone peor pero sé que querrá despedirse.
- ¿Despedirse?—indagó Jason confundido.
- Si, despedirse. Me llevaré a mi hermana a otro país.
- No puedes...
- ¿No puedo? A ver, impídemelo—contesté sonriendo, una sonrisa carente de alegría—nos vamos en cuanto salga del hospital.
No me contradijo, solo se sentó a mi lado y se quedó en silencio tecleando en su teléfono, asumí que estaba hablándole a Carlos para decirle que viniese a ver a su novia, a la cual no se preocupó de cuidar. La verdad lamentaba la muerte de sus padres, eran muy buenas personas pero eso no significa que debas arrastrar a tu infierno a los que están a tu alrededor y eso hizo él con mi hermana, la arrastró sin querer a su infierno.
Esperaba impaciente a que el doctor saliera y me dijera algo, lo que sea pero nadie salía. Estaba comenzando a desesperarme y nadie quería verme incontrolable, no era una buena persona en ese sentido así que si no salía el doctor, armaría un escándalo digno de acabar en prisión.
- ¿Familiares de Elizabeth Bourn?
- Soy su hermano—respondí levantándome como si la silla tuviese candela— ¿cómo está?
- Está estable, no perdió tanta sangre debido a que la encontró a tiempo. Deberá quedarse en el hospital unos días para asegurarnos de que no pondrá en riesgo su vida.
- ¿Puedo verla?
- Está sedada, es recomendable que descanse. Mañana podrá verla sin ningún problema—contestó mirándome con pena—con permiso.
Caí de rodillas en el frio suelo, quería gritar, llorar y a la vez sonreír de alegría ya que no había muerto pero mi rostro estaba serio, mis ojos secos y mi boca no lograba moverse. Jason me ayudó a ponerme de pie y me llevó a la cafetería del hospital, pidió algo a lo que en realidad no le presté atención, solo podía mirar la mesa, su color plata llamaba toda mi atención, no podía despegar la vista de ella y la verdad no me importaba quedarme toda la vida mirándola.
(***)
Lloré, lloré... Me cansé de llorar en mi habitación, no podía creer que Elizabeth estuviese en el hospital y menos por mi culpa. Yo la arrastré al sufrimiento, soy culpable, soy culpable.
Sabía que no me dejarían verla hasta mañana, el mismo Jason me lo dijo minutos después de enviarme el primer mensaje. En el primero decía que debía ir a despedirme ya que Chris se la llevaría lejos, para iniciar de cero, para que ella pudiese recuperarse, sonará egoísta pero no quería que se fuera, la necesitaba a mi lado ahora más que nunca pero mi parte razonable me decía que debía dejarla ir.
Esa noche fui al trabajo desganado, solo me limite a repartir los pedidos y a evitar que me matase un carro por la velocidad en la que iba, aunque hubiese deseado morir esa noche, sin duda que sí.
(***)
Al día siguiente, fui directo a la habitación de Eli luego de preguntarle a la recepcionista. Al entrar me encontré a Chris abrazándola fuertemente mientras le suplicaba que le prometiera que nunca iba a volver a hacerlo, ella no le contestaba, solo lo abrazaba de vuelta, pero en su mirada vi el deseo de morir y no me gustó nada.
Toqué levemente la puerta con mis nudillos, provocando que Chris se alejara parcialmente de su hermana para mirarme.
- Pasa—dijo limpiándose una lagrima.
Me acerqué con duda a Eli, no sabía si me quería cerca por lo que me sorprendió cuando tomó mi mano y me acercó a ella para besarla, no me resistí, la besé devuelta con intensidad y dolor, sabía que después de ese día era probable que no la vería nunca y era horriblemente doloroso.
- Te amo—susurré pegando su frente con la mía—no me olvidaré de ti nunca.
- Yo también te amo, lo siento—dijo dándome un corto beso.
- Podrás verla otros dos días—aseguró Chris—le darán de alta entonces.
Asentí conteniendo la alegría que afloraba en mi interior. La besé de nuevo y me senté a su lado para conversar, su hermano nos dio privacidad.
Nos pasamos el día hablando de banalidades, aunque mayormente besándonos, no podía dejar de besarla porque sabía que después no podría, por lo que aprovecharía esos dos días al máximo. Me despedí de ella ya que la hora de visita había terminado, inmediatamente me fui al trabajo con una sonrisa dolorosa en el rostro.
Dos días después.
Ya todo estaba listo para que partieran, las maletas en el auto y los tiquetes de avión en los bolsillos de cada uno, se me ocurrió la loca idea de robar el de Eli pero reprimí ese impulso y en cambio la abracé y la besé por última vez.
- Te amo—dije con lágrimas amenazando por salir—y te amaré siempre.
- Te amo, Carlos, gracias por todo—dijo dándome un beso rápido y subiendo al auto en el cual la esperaba Chris, este se alejó y ella jamás volteó a verme por última vez pero su rostro quedó por siempre grabado en mi memoria.
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Dios no te prohíbe divertirte
SpiritualeMuchas personas piensan que por el solo hecho de seguir a Dios ya no podrás divertirte, que para seguirlo tienes que convertirte en un mojigato o en una persona aburrida. Yo tengo una opinión diferente y en esta pequeña historia planteare algunos de...