Capítulo 8.

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Os dejo una foto de Irina en la fiesta del Y.B.K. ;)

Capítulo 8.

Eran casi las nueve y media cuando llegaron a la academia. Dallas acompañó a Irina hasta allí. Andaban lentamente, prolongando al máximo el tiempo que estarían juntos, pero ya estaban allí.

—Oye Dallas... mañana por la noche iremos a una fiesta. ¿Te gustaría ir?

—Define iremos —respondió el chico, mirando a Irina con desconfianza.

—Algunos compañeros de la academia y yo.

Dallas pareció sopesar la idea durante unos momentos, sin terminar de decidirse, y finalmente esbozó una enorme sonrisa.

—Claro que iré, tonta, ¿cómo iba a hacerse una fiesta sin mí?

Irina soltó una carcajada y le dio un pequeño golpe en el hombro a Dallas. Un instante después miró hacia la puerta; debía volver.

—Te veo mañana entonces.

—Envíame un mensaje con la dirección y la hora.

Ambos sonrieron y se dieron un torpe abrazo amistoso. Irina sentía el corazón bombeando pesadamente.

Después, una vez se hubo despedido, salió corriendo hacia la academia y subió las majestuosas escaleras hasta llegar a su habitación. La academia estaba prácticamente vacía, casi todos seguían aún por el centro de Londres.

April, Christian e Ian tampoco habían llegado aún. Seguramente se lo estaban pasando bien por Londres.

La joven se puso el pijama y se acurrucó en su cama. De vez en cuando oía a gente entrar a la zona de las habitaciones, pero no sabía si April había llegado ya. Se sentía un poco sola en esa habitación, individual, seguramente le pediría al día siguiente a April dormir juntas en una misma habitación, como hacían varios alumnos.

Su mente se fue trasladando hacia Dallas y lo mucho que le había molestado que fuera tan mujeriego, ¡jamás se centraba solo en una chica! Y, por supuesto, nunca se centraba en ella.

¿Sería Ian igual? No, no tenía pinta de estar cada semana con una chica distinta. Irina sonrió, eso le gustaba en un chico. De pronto la sonrisa se cortó, ¿qué hacía pensando en Ian en esos momentos?

Finalmente, sacando al joven rubio de su mente, se durmió.

—¡Buenos días, Irina!

La joven se sobresaltó al oír el saludo de April, que ya estaba en su habitación, despierta y perfectamente lúcida. Con lo que amaba Irina dormir... Ignorando a su amiga, se dio la vuelta en la cama y se tapó completamente con la manta.

—Despierta, vaga. ¡Son las diez y media!

Irina soltó un quejido, sin decidirse a abrir los ojos, pero April se acercó a las persianas y comenzó a subirlas sin cesar de hablar sobre el desayuno, el hambre que tenía, lo bien que lo había pasado la noche anterior...

—¿Sabes? Tendríamos que dormir juntas, no me gusta sentirme una intrusa al venir a despertarte a tu habitación.

Tras unos momentos, Irina se levantó de su cama y la miró, irónicamente, puesto que parecía que April adoraba despertarla de esa manera todas las mañanas. ¡Incluso un domingo!

De pronto, la muchacha asiática pareció recordar algo y se abalanzó pesadamente sobre la cama.

—¡CÓMO FUE CON DALLAS! ¿BESO? ¿BESO? ¿BESO?¿BESO?

Irina chasqueó los dientes.

—Por supuesto que no. Pasó lo de siempre... poca cosa.

April bajó la cabeza, decepcionada.

Dance, sólo baila.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora