Capítulo 22.

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Capítulo 22.


—¡Han colgado las listas de los clasificados del concurso! —la voz de April sacó a Irina de su adormecimiento durante unos instantes.

Después la chica se tumbó boca abajo de nuevo, intentando seguir durmiendo. April cogió su almohada y golpeó a Irina en el trasero.

—¡Pero despierta, Irina!

—¿Qué pasa? —murmuró con voz somnolienta.

—¡Los clasificados del concurso! ¡Ya está la lista!

En apenas dos segundos Irina se levantó de la cama y se abalanzó sobre la puerta junto a su amiga.

Iba corriendo en pijama por la academia, pero en ese momento no le importaba en absoluto. April corrió junto a ella.

—¿Las has visto ya?

—No, te estaba esperando —respondió April sin dejar de caminar rápidamente.

En el hall principal de la academia, junto a las grandes escaleras de la entrada, se arremolinaban la mitad de los alumnos de la escuela, empujándose entre ellos para poder ser los primeros en ver las listas.

Irina observó a algunas chicas salir del remolino de gente con lágrimas en los ojos, y un chico incluso comenzó a gritar palabrotas mientras se dirigía a su habitación rabiosamente.

—Sólo las diez mejores parejas de la lista podrán ir a York... —se lamentó April.

Irina se mordió el labio con nerviosismo, deseaba estar entre los primeros diez nombres como loca, ¡por favor!
Su corazón latía pesadamente y los segundos que tardó en acercarse hasta la pared pasaron a cámara lenta, incluso los gritos de la gente sonaban vacíos, huecos.

Pero de pronto ocurrió: Ian salió de entre todo el tumulto de gente, eufórico. En seguida sus ojos se posaron en Irina y se abalanzó hacia ella salvajemente, agarrándola en brazos y levantándola por encima de su cabeza.

—¡Somos los mejor clasificados de primer y segundo curso! —gritó.

De pronto Irina volvió a la realidad. ¿Qué? ¿En serio? ¿Había oído bien?
Ahogó un grito, que no fue capaz de salir de su garganta puesto que Ian apretaba con fuerza su estómago.

April gritó también y los abrazó saltando.

A Irina no se le escapó que alguno de los chicos que pasaba por su lado con rostro triste y lloroso, prefería torcer la cabeza y no mirarlos.

—¡Felicidades, chicos! —dijo April, contenta.

Y apenas un segundo después Christian apareció por detrás de su novia y también la cogió en brazos, cargándola a su espalda como si fuera tan ligera como una pluma. Esa era una de las ventajas de ser bailarín.

—Nosotros somos los segundos —dijo el chico, con una gran sonrisa brillante extendiéndose por su rostro.

April lanzó un chillido agudo y por fin Ian dejó a Irina en el suelo, haciendo que pudiera volver a respirar.

—¡Enhorabuena, Irina! —A su lado apareció Jessica Perks, como de la nada —Os lo merecéis.

—Muchísimas gracias.

A escasos metros de ellos también se oyó un grito, bastante parecido al que April había proferido unos momentos antes.
Todos se giraron hacia allí y vieron a Hayley, la hermana de April, saltando de alegría mientras abrazaba a su compañera de baile.

—Mierda, mi hermana también viene a York —musitó April sin apartar la mirada de allí, y de pronto se puso pálida—. Oh, Dios, no me digáis que también...

Dance, sólo baila.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora