Capítulo 5

159 26 12
                                    

Soy la única que ya quiere que se besen? 

Disfruten!

Tatsuhisa no sabía que responder, esa pregunta lo tomó por sorpresa. Se paró de su asiento exaltado.

-¡No puedes hacer eso! –Expresó en tono molesto y preocupado. Se movía de un lado a otro. Su plan estaba más que acabado, realmente ese hombre iba en serio con su amiga. Ya no sabía qué hacer, o que excusa poner. Se tapó la boca con las manos. –Perdón... -Ahora sí que estaba avergonzado, él y su estúpida bocota que casi hacía que todo se fuese al caño.

- ¿Entonces? –Mamoru se sorprendió por su reacción. ¿Tanto lo impactó como para decir eso?

-Creo que es demasiado pronto. No lo sé... -Dijo rascándose la nuca. Mamo torció sus labios.

-Creo que tienes razón. Tal vez ella todavía no quiere eso. –El otro asintió.

-Exacto. Yuko es una mujer que le gusta disfrutar de su libertad.

-Cierto, no pensé en ello. –Respondió con una sonrisa. –Creo que ya sé que hacer. –Y así volvieron a centrar su atención a la televisión.

Ya eran como las 2:00am, ambos estaban cansados. Al parecer Tatsuhisa terminó rindiéndose y lo dejó quedarse en su casa. El menor se cepillaba sus dientes mientras que Miyano se cambiaba, ambos en el mismo baño. Tatsun le había prestado un pijama al mayor.

Tatsuhisa no pudo no verlo cuando se quitaba la ropa, no entendía como no le daba al menos un poco de vergüenza.

Ya preparados el propietario del lugar se dirigió a su habitación, seguido del invitado.

Tatsuhisa se la pasó peleando minutos, sino es que horas, con Mamoru para que se fuese a dormir en el sofá, pero este se negó con la excusa de que si estaba cerca lo cuidaría mejor, y que eso hacían los amigos. Los dos sabían que nada de eso hacían los amigos.

Ambos se acostaron en la misma cama.

En poco tiempo se quedaron dormidos.




Gota.

Una gota tocó el suelo.

- ¿Seguro que estas bien? –Esa pregunta retumbaba por todo el lugar. No sabía que responder, ni él comprendía que le sucedía.

Oscuridad.

-Estás enamorado. –Dijo sonriendo. –Y no de mí...


Mamoru se despertó con el corazón al mil por hora. Jadeaba tratando de regular su respiración.

Las pocas imágenes que recordaba del sueño se desvanecían poco a poco, hasta que el recuerdo desapareciera.

Miró a un lado suyo, Tatsuhisa dormía plácidamente. Su pecho se llenaba de oxígeno y lo dejaba salir cada 10 segundos.

Estaba boca abajo, sus cabellos caían finamente en su cara. Era una escena enternecedora.

Sonrío y se volvió a acostar.



Mamoru estaba enfrente de él, le sonreía como siempre lo hacía.

El mayor puso sus manos en las mejillas contrarias y se acercó poco a poco.

Cerró sus ojos para no ver lo que seguía.

¡Ella Es Mía! O ¿Tú Lo Eres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora