¡Ella Es Mía! O ¿Tú Lo Eres?

Capítulo 11

Y empezamos con nuestra fase 2! Yei!!! Por cierto, ¿Alguna que lea el fic de: ¿Sueño o Pesadilla?? Si es así ¿Alguna idea? Es que ya no se me ocurren. 

Ya casi es el cumple de Mamo!!! y quiero hacer un especial. ¿De que lo quisieran?

En mis XV, unos amigos se cooperaron y me regalaron cosas importadas de Japón!!!! Me regalaron una yukata, un juego de cartas de japón, que la verdad no me acuerdo como se llaman, papel para origami, 2 gatitos, 3 pares de calcetas, yenes y un shogi. No hubo CD de Mamoru porque no alcanzó el presupuesto :c

Disfruten!

~Meses Después

El gran día había llegado, la boda estaba por empezar. Los últimos meses habían sido tan difíciles, aun así, el cantante de J-Pop siempre mostraba una sonrisa, que a pesar de ser hermosa, nadie le creía.

El hombre se arreglaba su cabello mientras que su hermana y madre arreglaban los últimos detalles del traje blanco que traía puesto.

-¿Estas contento hijo? –Habló su madre.

-Claro que lo estoy. –Esbozó una pequeña sonrisa.

Su familia sabía todo lo sucedido, Yuko se había encargado de contárselos. Si bien, a su hermano y padre, no les pareció mucho el hecho de que Mamoru estuviera enamorado de Tatsuhisa, a su mamá le preocupaba que su hijo estuviera sufriendo.

-No lo pareces. –Su madre acarició las mejillas de su hijo. –No debes hacerlo si no quieres. –Susurró.

-Es mi deber casarme. –Pronunció.

Y lo era, todo lo que sucedió fue su culpa, por lo que tenía que arreglarlo, y si esta era la solución, lo haría.

A pesar de haber sido invitado a la boda, por parte de Yuko, Tatsuhisa seguía en el la sala de grabaciones, aunque ya habían acabado. El rockero no quería ir, su corazón no aguantaría ver algo como esa celebración. De hecho, no lo aguantaba ni ahora.

Se llevó sus manos a la cara, tapando su rostro y las lágrimas que se derramaban por su cara. Una mano tocó el hombro de Tatsun, lo que provocó que diera un pequeño brinco.

-Maaya-san –Habló el menor al ver a la mujer.

-Suzuki-kun. –Respondió sentándose a un lado de Tatsuhisa.

-¿Qué haces aquí, y no en la boda?

-No puedo ir.

Maaya suspiró.

-Se lo que pasó, pero creo que sería mejor que enfrentaras esto. –Como si fuera tan fácil, pensó Tatsuhisa.

-¿Cómo? Si solo pensar en él me duele.

-Lo entiendo, pero Tatsuhisa, debes evitar ese dolor.

-No podría, ella es mi mejor amiga, y él... -Se quedaron en silencio uno segundos. –Por cierto, ¿No debería estar arreglándose?

-Sí, pero necesitaba venir aquí. ¿No quieres ser mi acompañante?

-¿Y Suzumura-san?

-Me dijo que me veía en la boda, pero no quiero llegar sola. –Sonrió.

-No quiero ir.

-Vamos, yo te ayudo a arreglarte, y cuando llegue Kenichi, si quieres te vas. –La mujer quería ver sonreír a su kohai.