¡Ella Es Mía! O ¿Tú Lo Eres?

Capítulo 14

Después de mi pequeño gran bloqueo he terminado el cap!!!

Disfruten!

Tatsuhisa se encontraba siendo abrazado por Mamoru. Esa noche había sido espectacular. El rockero nunca pensó que extrañaría tanto estar así con Mamoru, juntos, amándose y disfrutando de la compañía del otro. A veces se detenía a pensar en toda aquella situación, en todo lo que había causado el simple hecho de haberse conocido, pensaba también en que hubiera pasado si no hubiera aceptado ser el amigo de Mamoru, tal vez nunca se hubiesen hablado, ni conocido, y toda esta historia de amor sería una simple fantasía, aunque si lo pensaba bien, no sería ni eso.

-Mamoru. –Habló Tatsuhisa.

-¿Si?

-¿No te da risa toda esta situación?

El mayor suspiró. –No, me entristece. ¿A ti te da risa?

-Sí, me da risa el hecho de que me haya enamorado tanto de ti, y que al principio te odiara.

-¿Me odiabas?

-Sí, demasiado, no soportaba pensar que me habías quitado a Yuko. –Dijo Tatsuhisa entre pequeñas risas.

Mamoru no sabía que decir, nunca se dio cuenta de que no le agradaba, seguro se había visto como un tonto años atrás diciendo que Tatsuhisa y él eran mejores amigos cuando realmente el rockero le detestaba.

-Entonces... ¿Cómo fue que te enamoraste de mí?

Tatsuhisa se paró de la cama y se sentó encima del abdomen ajeno, para así mirarle a la cara.

-Tu maldita personalidad fue la que me enamoró.

-¿Maldita? ¿Tan mal estoy?

-Eres muy infantil.

-¿Y tú no? –Mamoru alzó una ceja.

-No. Yo soy perfecto. –Sonrió. El mayor lo vio con una ceja alzada. –Bueno, al menos para ti lo soy.

Mamoru se acercó al hombre y le dio un beso, uno tan apasionado que ninguno de los dos quería romper.

Sabía que todo esto estaba mal, él seguía casado, aun así, Tatsuhisa era como su pecado, no importa cuántas veces se prometa dejar de amarlo, de buscarlo, siempre volvía a caer en lo mismo. En su encanto.

Ya llevaba 8 años casado con Yuko, y a pesar de ser feliz, siempre hubo ese vacío. Ya no la amaba, de eso estaba seguro; si antes lo hacía, ahora ya no. Aquel sentimiento de amor se transformó a uno de compañerismo y amistad. A veces se preguntaba si había algo mal con él, si estaba enfermo o padecía de algún trauma que lo llevara a gustar de Tatsuhisa, de un hombre, pero por más que lo analizaba y hablaba, todas sus teorías eran incorrectas. Al final, llegó a la conclusión de que uno no se enamora del género, sino de la persona; frase que le ayudó a comprender por qué amó a Yuko y por qué ama al rockero.

Tenía que admitir, verlo con Yorke le daba celos, más de los que quisiera reconocer, y es que la forma en la que Suzuki se comporta con su mejor amigo no se asemeja a nada de cómo se comportaba con él. También quisiera conocer ese lado de Tatsuhisa.

-Yorke, ¿Has visto a Mamoru? –Yuko recorrió todo el lugar en busca de su esposa. La mujer parecía preocupada, llevaba su celular en la mano y empezaba a sudar.