Capítulo 2

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El capítulo anterior mi hermana lo reviso xD Que haré? con esta niña

Me prendí con el fic :v

Disfruten!



Al llegar a su apartamento su gato lo recibió maullando, lo que lo obligo a ir a cocina por algo con lo que darle de comer, cuando termino de hacerlo, se dirigió a su sala para sentarse y relajarse un rato. Tomo un cigarrillo de una caja que tenía en la mesa de centro y lo encendió llevándoselo a la boca.

Se puso a pensar y pensar, se llevó un rato tratando de hallar por qué Yuko lo había elegido a Mamoru por encima de él. Por más vueltas que le daba al asunto seguía sin comprenderlo, aquel hombre era todo menos hombre, por así decirlo, no se comportaba como tal, y según había oído, Mamoru era infantil. Alguien como el no pudo haberla enamorado, o al menos eso pensaba Suzuki, porque al final, alguien como él si la había enamorado.

Tatsuhisa era mejor, eso pensaba el seiyuu, si Yuko lo hubiese escogido ella sería más que feliz, la llenaría de lujos, y a cambio ella le daría varias noches de pasión.

Tener ese tipo de pensamientos y fantasías hacia avergonzarse a Tatsuhisa. Alto, ella seguía en una relación, eso pensaba.

Si solo pudiera hacer algo para separar a esa pareja... ¡Eso era! Haría lo imposible por separarlos. Mamoru debía tener un punto débil, aparte, no importa lo que fuese o como se comportara, seguía siendo un hombre, por lo que también tenía debilidades, y el las encontraría.

El odioso sonido del timbre hizo que el seiyuu despertara. Adormilado se paró de su cama para ver quién era la persona que interrumpía sus dulces sueños. Camino hacia la puerta y al abrirla se llevó una gran sorpresa.

- ¿Mamoru? –Dijo tallándose uno de sus ojos.

- Buenos días, Suzuki-san. Traje el desayuno. –Miyano sonreía mientras sostenía una bolsa de tela en el aire. Tatsuhisa lo miro incrédulo unos segundos, y después le cerró la puerta en la cara.

- ¡Oe! ¡Eso no se hace con tus invitados! –Tatsuhisa rodeo lo ojos fastidiado y volvió a abrir la puerta.

- Yo no te invite. –Respondió. Mamoru hizo un puchero.

- Vamoooos. –Dijo insistente. Tatsu lo miro unos segundos para después asentir derrotado. El mayor volvió a sonreír y entro al hogar del otro. Mamoru se dirigió a la cocina, deposito lo que traía ahí y busco algo con que cocinar. Tatsuhisa lo veía curioso, era la primera vez que alguien hacia eso.

- Yuko me comento que no sabes cocinar, así que decidí venir a cocinarte todos los días. –Decía mientras seguía buscando.

- Hay un sartén en ese cajón. –Señalo el lugar. –Y no tienes por qué hacerlo, no somos nada. –Mamoru por fin había encontrado el objeto, se dirigió a la estufa y prendió la llama. El hombre ya traía todo preparado, lo que faltaba era cocinarlo.

- Claro que tengo porque, ahora somos amigos ¿No? –Tatsuhisa se cruzó de brazos. Realmente Miyano creía que eran algo, eso hizo sonreír al menor, apartarlo de Yuko sería más fácil de lo que pensaba.

Cuando termino de hacer el desayuno, el ahora cantante de J-pop devolvió todo a su lugar y llevo dos platos a la sala, el cual era el único lugar para comer. Tatsun observo la comida, se veía apetitosa. Mamo le ofreció unos palillos y Suzuki los acepto sin dudar. Al dar el primer bocado no pudo dejar de comer.

- ¿Te gusto? –Preguntó divertido Mamo. Tatsuhisa lo miro y asintió exageradamente. Ese gesto hizo sonreír y reír a Miyano un poco. El mayor lo observo con detenimiento.

- ¿Qué tanto me ves? –Cuestiono el otro seiyuu cuando la mirada de Mamo ya lo había molestado.

- Tienes algo... -Contesto señalando el lado derecho de su labio para que Tatsu se lo quitara. El seiyuu comprendió de inmediato y trato de quitarse la mancha.

- ¿Ya? –Mamoru negó.

- Espera. –El hombre se acercó a él y lo limpio. Tatsuhisa abrió los ojos por la acción que estaba haciendo el mayor. –Ya. –Miyano se separó un poco. Esto hizo que ambos se miraran a los ojos. Tatsuhisa sintió recorrerle un escalofrió por toda su columna, era la primera vez que se quedaba anonado por los ojos de alguien. Realmente Mamoru era alguien de quien sorprenderse. Suzuki negó con la cabeza para salir de su pequeño transe.

- Estuvo rico. –Dijo.

- Me alegro. –Se quedaron en silencio. -¡Por cierto! ¿Quieres salir algún día? –Esa propuesta hizo dar un salto a Tatsun.

- ¿Por qué haces esto? Realmente no nos une nada más que Yuko, no tienes que hacerte mi amigo.

- Claro que debo. Además me agradas. Cuando nos conocimos quería platicar más contigo, pero no pude hacerlo. –Suzuki lo miro unos segundos con la ceja alzada. -¿¡No me crees?! –Esta vez fue el turno del menor de reír, y el turno de Mamoru de sorprenderse.


¡Ella Es Mía! O ¿Tú Lo Eres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora