Capítulo 18

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Oh dios, oh dios, la semana que viene entro en exámenes y estoy realmente nerviosa, son mis primeros parciales del CCH y me pone de nervios!!!!!!!!!!! Pero bueno, que se puede hacer :/ 

¿Cómo han estado??????????????? Tiempo sin verlas, ¿Todo bien? 

A veces me pongo a pensar: ¿Las lectoras estarán esperando un capítulo de esta historia tanto como yo espero el siguiente capítulo de Blood Hustler? 

Bueno

Disfruten!



— Cómo hoy es viernes, aparte de que tenemos que celebrar que Mamoru ha vuelto, cantaremos karaoke. —Expresó Saya, la madre de Mamoru y Sayumi.

La familia Miyano era bastante energética y unida, eso fue lo que pensó Tatsuhisa al ver a todos reunidos en la sala principal.

— Bien, yo empiezo. —Expresó Mamoru parándose de su asiento. El hombre se dirigió a la televisión frente a ellos y comenzó a buscar cierta canción.

Tatsuhisa lo veía curioso y con algo de desconfianza, por alguna extraña razón Miyano sonreía de una manera traviesa, no de esas que acostumbraba a hacer cuando cometía alguna travesura en algún evento, sino una que con solo verla te daba la sensación de que se burlarían de ti. La melodía que empezó a surgir de aquel aparato puso nerviosos a los dos rockeros. Mamoru cantaba al son de Rage On!, aunque cantar no es la palabra que los presentes usarían, digamos que el seiyuu gritaba en un intento de imitar la voz de Tatsuhisa.

Suzuki lo observaba con una ceja alzada y con los brazos cruzados, estaba más que claro que ese hombre se burlaba de él. Al finalizar el sufrimiento de Tatsuhisa y Yorke, porque este último también se sentía extraño al escuchar al castaño cantando eso, Mamoru agradeció a su público y le dio el control de la televisión a Yukari.

— Bien... —Decía la muchacha viendo a su tío como si lo que acabara de ver haya sido lo más raro que escuchó—. ¿Quién sigue?

— Yo. —Tatsuhisa se paró de su asiento y se dirigió a la pequeña, la niña le dio el control.

Ahora le tocaba a Mamoru sufrir. El rockero empezó a buscar. Realmente no sabía que cantar, por lo que puso "Canciones de Miyano Mamoru" en el buscador, bajó el cursor buscando alguna canción que le gustara, o alguna que fuera fácil de cantar, se terminó decidiendo por How Close You Are.

En el momento en el que la melodía comenzó, Mamoru supo que sería su perdición. La voz del rockero se escuchaba bastante extraña al cantar esa canción, aun así, logró tocar los corazones de los presentes con la melodía.

Al terminar de cantar, Tatsuhisa agradeció y le dio el control remoto a la persona más cerca de él.

Miyano permaneció en silencio. La forma en la que cantó hizo que se preguntara si realmente esa canción fue hecha para él y no para Tatsuhisa.

La velada siguió entre risas y cantos algo desafinados.



Takara se encontraba dormido en la cama mientras su padre acariciaba sus cabellos. Su pequeño pecho se llenaba de aire a cada segundo, siendo este el único movimiento que emitía el infante.

— Mamoru... —La voz queda de Tatsuhisa, hizo que el castaño dejara de prestarle atención a su hijo por prestársela a su compañero.

— ¿Si?

— ¿Puedes venir? —Tatsuhisa hacía señas para que saliera del cuarto, el otro le obedeció.

— ¿Qué pasa? —Preguntó Mamoru cuando ya estaba afuera de la recamara.

— Solo quería hablar contigo. —Decía el rockero mientras caminaba en dirección a la puerta trasera. Mamoru le siguió sin preguntarse qué era lo que Tatsuhisa había planeado.

 

El peli negro deslizó la puerta corrediza y se sentó al borde de la pequeña terraza que estaba entre la casa y el patio trasero, Miyano hizo lo mismo.

Se quedaron en silencio un par de minutos sin saber qué hacer, realmente Suzuki ni si quiera sabía para que lo había citado, simplemente le llamó. Tal vez quería pasar un tiempo a solas con su enamorado... "Enamorado... Dios, ¡Parezco una colegiala enamorada del chico más guapo del colegio!" Pensó al darse cuenta cuanto pensaba en ese hombre, realmente parecía un tonto enamorado, de esos que siempre están detrás de la persona que aman. Rio al comprender el tamaño de la estupidez que era toda esta historia de amor, si es que se pudiera decir así.

— ¿Sucede algo? —Preguntó Mamoru algo oír la pequeña risa que soltó el seiyuu.

— ¿Eh? —Tatsuhisa estaba tan absorto en sus pensamientos que ni si quiera escuchó lo que Mamoru había dicho.

— ¿Qué si sucede algo? —Repitió el mayor.

— Ah, es solo que... —Tatsuhisa empezó a arrancar un poco de pasto que estaba debajo de sus pies—. Parecemos Romeo y Julieta.

Mamoru se le quedó viendo asimilando la idea antes de sacar una risa.

— Oye, no te rías. —Decía Tatsuhisa mientras veía a su compañero reír.

— Pero es que... te imaginé con vestido. —Respondió entre risas.

Tatsuhisa se le quedó viendo.

— No te hubiera dicho nada. —Algo frustrado, Tatsuhisa se levantó del suelo y caminó en dirección a la casa.

— Hey, espera. —Dijo Mamoru yendo por él.

— Hey, ispiri. —Imitó Tatsuhisa para sí mismo.

— Vamos. —El castaño agarró el brazo de Tatsuhisa obligándolo a detenerse—. No te enojes.

El rockero giró su cabeza para verlo con una ceja alzada.

— Vamos Tatsu.

— Vimis Titsi. —Volvió a imitar, sacándole otra risa a Mamoru—. ¿Sabes qué? Ya me voy. —Dijo cansado del poco interés de Miyano Mamoru.

— Ay Tatsuhisa. —Mamoru volvió a tomar del brazo a Tatsuhisa y lo acercó a él en un movimiento tan rápido dejándole sin tiempo de reaccionar al menor. Lo rodeó con sus brazos y lo pegó a su cuerpo—. Nunca te había visto enojado por una broma.

— Eso es porque me molesta, por no decir otra cosa, que se burlen de algo serio.

Mamoru no dijo nada, simplemente se limitó a besarle la cabeza como si de un dulce y pequeño bebé se tratase. Se mantuvieron abrazados por un largo tiempo sin decir nada, solo disfrutando de la calidez contraría. Realmente parecían una pareja de adolescentes.

— Tatsuhisa... —Habló Mamoru después de un rato, obteniendo como respuesta del otro un sonido como diciendo: ¿Si? —. ¿Quieres volver a ser mi novio? 



Jamás he dicho que las quiero? No? No? Bueno, lo hago, la  verdad son las únicas personas con las que sonrió cuando no me siento bien...

¡Ella Es Mía! O ¿Tú Lo Eres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora