¡Ella Es Mía! O ¿Tú Lo Eres?

Capítulo 6

En serio estoy emocionada con este fic :d

Disfruten!

Necesitaba aire fresco, era eso lo que necesitaba. No sabía que sentir, por una parte su corazón se estrujaba a tal punto de querer arrancárselo, por otro, se sentía feliz, sabía que Mamoru era una gran persona, y que se merecía a Yuko, aun así, el dolor era más poderoso que su felicidad.

Era estúpido sentir todo esto, él tuvo su oportunidad y la dejo ir.

-Tatsun... -La voz del mayor solo empeoró las cosas.

Mamoru no sabía que pasaba, preocupado, se acercó al otro y le tocó el hombro. Por alguna razón sentía miedo, su corazón latía rápido, y tenía un nudo en la garganta. No comprendía porque se sentía así.

Tatsuhisa se giró para mirarlo. Hicieron contacto visual. Se miraron por un par de minutos, ninguno deseaba desviar la mirada del otro. Una sonrisa apareció en el rostro del menor, y poco a poco lagrimas empezaron a descender. El jamás lloraba. Jamás lo hacía, pero, ¿Por qué ahora sí?

Su corazón se había partido a la mitad. Años, años de verla, de abrazarla, de estar junto a ella, para que vinieran a arrebatársela.

-Tatsuhisa... -Mamoru no podía creer lo que veía, Tatsuhisa llorando, era la escena más desgarradora que hubiese visto. Él no era así. Su comportamiento distante, sarcástico y a veces bromista que le mostraba, no coincidía para nada con la escena que sus ojos veían en este momento.

El que pronunciara su nombre lo entristeció todavía más.

-Yo la amo... -Apretaba los puños tan fuerte que sus nudillos se encontraban blancos, lo hacía tratando de calmarse. Aquellas palabras sorprendieron al otro. Mamoru se pasó las manos por el cabello en señal de preocupación.

-Yo no lo sabía.

-No es como si quisiera que lo supieras. –Suzuki caminó hacia él. A pesar de todo, era su amigo, por lo tanto debería sentirse feliz de esa unión. Así que quitando todo su dolor, sonrió, ocasionando en el otro, un poco de confusión.

-Tatsun... -Habló de nuevo Mamoru. Suzuki simplemente le abrazó.

-Felicidades. –Fue lo único que le pudo decir, para después separarse, dedicarle una sonrisa y comenzar a caminar para irse.

Miyano se quedó atrás, observando como su amigo se iba alejando. Le dolía verlo así.

El menor se encontró a Yuko mientras salía, pero no le habló, simplemente la miró un par de segundos y siguió su camino.

Una, dos, tres, semanas pasaron después de eso.

Casi un mes sin ver a su amigo.

Después de aquella noche, Mamoru no se volvió a presentar en la casa de Tatsuhisa. Ni si quiera para hacerle el desayuno, de hecho, las veces en las que se encontraban en alguna casa de grabación, no se hablaban. Parecía que eran desconocidos.

Tocaba grabación hoy, y Suzuki no se sentía con ánimo. El cantante caminaba por los pasillos del edificio pensando en Mamoru, temía encontrárselo.

El mayor se hallaba en el mismo lugar, pero a comparación de Tatsuhisa, Mamo ya había acabado su trabajo.

-¡Tat....! –Estaba a punto de gritarle cuando lo vio pasar enfrente de él, pero calló de inmediato; por consecuencia, el otro siguió su camino.