Después de lo de ayer no me quedan ganas de hacer nada, la cama está bastante cálida como para disfrutarla en mis últimos días de vacaciones, tengo tres días antes que la universidad absorba mi cerebro y mis siestas. Mamá entra a mi cuarto abriendo todas las cortinas de par en par, lo que hace que me coloque la almohada sobre la cara.
—Ya es hora de levantarse —me dice.
—Señora Rachel, déjeme tomarme el día —me quejo, mientras doy vueltas en la cama.
—Lo siento, señorita hoy no dejaré que te quedes en casa, ve a leer un libro o de compras, pero sal y diviértete. De seguro hoy es tu día. —Me da palmaditas en la espalda.
Tal vez tenga razón, no salgo mucho de casa, desde que empezaron las vacaciones únicamente he pasado encerrada, hasta Ally sale con sus amigas y yo estoy aquí en mi cuarto enclaustrada como si estuviera en cuarentena.
—Está bien, mamá, saldré... —Salto de la cama y me meto al baño—. Pero llegaré tarde —grito detrás de la puerta, sabiendo que detesta que llegue tarde a casa.
—Solo llega para la cena —me dice.
Por un momento me quedo dudosa de lo que acabo de oír. Abro la puerta del baño y asomo la cabeza.
—¿Te encuentras bien, mamá? —le pregunto.
—Sí, ¿por qué?
—Me has dicho que regrese para la cena y siempre cenamos como a las 10 de la noche.
Toma la cobija del oso y empieza a doblarla.
—Ajá —suelta.
Salgo del baño con cierta inquietud. Mi madre no suele ser así.
—¿Te has enamorado? —le digo, acercándome a ella y tocándole la frente con la esperanza de encontrar algún tipo de enfermedad.
Hace una mueca de asco hacia mi pregunta y se aleja de mi mano, se saca la zapatilla y cuando siento que me va a caer con ella corro de regreso al baño, cerrando la puerta de un solo golpe.
—Mi zapatilla te estará esperando —bromea detrás de la puerta.
Me río. —Yo también te amo, mamá.
Tomo mi teléfono que casi siempre duerme en el baño (ya que eso me obliga a salir de la cama cada vez que suena la alarma) y le escribo un texto a Jenn:
«¿Vamos a la librería?».
Espero unos segundos hasta que responde:
«¿Shakespeare?».
Está obsesionada con sus libros desde que leyó Romeo y Julieta, se ha visto esta película unas treinta veces y todas las veces conmigo, creo que ya me sé todos sus diálogos.
Yo:
«Sí, leeremos Shakespeare, o
más bien tú leerás Shakespeare
y yo leeré algo menos trágico y sin amor».
Jenn:
«¿Cuál es tu problema con el amor? *-*
Necesitas un novio».
Yo:
«No, Jenn, no necesito un novio.
Además, Romeo y Julieta terminaron
muertos por culpa del amor, ¿no? >:D».
Jenn:
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Imparable
Roman d'amourAudrey ha sido marcada por una tragedia familiar. Enfrentando el abuso y la pérdida. Esto lleva a Audrey a reconstruir su vida en Texas, dejando atrás un pasado oscuro. La trama se desarrolla entre recuerdos de su dolorosa infancia y la incertidumb...