Sé que se necesita pasar por fuego para saber cuánta confianza tenemos en Dios y no creo que esto sea injusto, es muy justo. Mi madre dijo que un lápiz no puede vivir feliz haciendo otra cosa que no sea para lo que fue creado, pues creo que ese es mi propósito, confiar en la única persona que me dijo que obtendría una respuesta y llevar a otros a que confíen en Él.
Entra una llamada de mi mamá y contesto.
—Mamá —suelto al escuchar su voz.
—Addy, necesito que regreses a casa ahora mismo —me dice con un tono desesperante.
—¿La señora Evans ya hablo contigo?
—No puedes ir a Ecuador, necesito que te alejes de esa gente.
—Mamá, mi hermana esta allá. ¿Cómo me dices que no vaya?
—No vayas te lo suplico. Deja las cosas como están.
—¿Qué te sucede mamá? ¿Acaso estás ocultándome algo?
—Yo jamás te he ocultado nada jovencita, además, yo no sabía que Skyler era su hijo, si hubiera sabido, yo jamás... —Se le quiebra la voz.
Se lo que está sintiendo.
—Lo sé, mamá. Papá nunca nos dejará en paz, ¿no?
—Lo siento mucho, cariño. —Empieza a llorar detrás de la línea.
—Mamá, tú no tienes la culpa de nada de esto.
—Lo siento tanto. Soy la peor madre que les pudo tocar.
Me duele tanto escucharla llorar.
—Mamá no digas esas cosas. Tú eres lo mejor que nos pudo pasar.
—Addy, no vayas, por favor
Las lágrimas empiezan a caer por mi rostro.
—Te prometo que estaré bien. Te amo mucho mamá. Tengo que irme, acaba de llegar la señora Evans a mi habitación.
—Addy, no, ¡Ad...!
Cuelgo el teléfono.
Al parecer mi madre ya se desquito, tiene una pequeña banda en la ceja derecha. Camino unos pasos hacia ella, alzo mi mano sin pensar las cosas y le lanzo una bofetada, toda la rabia acumulada se desaparece al instante que mi mano impacta en su rostro. Mi palma empieza a doler de tal forma que inmediatamente hago una mueca de dolor, sacudo mi mano una y otra vez como si de esa forma hiciera desaparecer el ardor que siento en ella.
—¿Cómo se atrevió ocultarme algo tan importante? —le pregunto—. Vio como le dije a Skyler todo el dolor que sentía al no saber nada de mi hermana, y aun así se mantuvo callada.
Veo su rostro y la marca de mi mano sigue ahí, su cachete está rojo como un tomate. Siento pena.
—Estás en tu derecho, pero incluso así tienes que entender que esto no era fácil para mí.
—Imagínese señora, si no era fácil para usted, ¿cuánto más no lo era para mí? —refuto.
Camino de un lado hacia el otro tratando de comprenderla, es inútil, mi presión esta alterada y la sangre hierve dentro de mí.
—Usted vio como besaba a su hijo y no le dio asco o repugnancia de ver a un par de primos demostrándose amor «puro». ¿Qué es lo que tiene en la mente?
—No te tomes tan a la ligera las cosas, Audrey.
—¿A la ligera? ¿Cree que me lo estoy tomando a la ligera?
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Imparable
RomanceAudrey ha sido marcada por una tragedia familiar. Enfrentando el abuso y la pérdida. Esto lleva a Audrey a reconstruir su vida en Texas, dejando atrás un pasado oscuro. La trama se desarrolla entre recuerdos de su dolorosa infancia y la incertidumb...