Le entrego mi entrada al joven alto y musculoso que se encuentra parado justo en la puerta del lugar, observa mi boleto de una forma curiosa un par de veces.
—¿Eres Audrey Granda? —pregunta en mi oído. Asiento algo sorprendido—. ¿Tu amiga dónde está? —grita.
Me hago a un lado para que vea a Jenn que está justo detrás de mí.
—Bien, vengan conmigo.
Él le hace señas a otro chico para que tome su lugar. Camino un par de pasos y miro de forma dudosa a Jenn.
—Te juro que yo no sé nada —me dice ella, levantando sus palmas en defensa. Se coloca a mi lado, toma mi brazo y seguimos al chico.
Nos introducimos por un pasillo enorme hasta llegar a una puerta naranja, el hombre musculoso abre la puerta y comienza a darnos indicaciones.
—Después de que llegan a la puerta verde habrá otra persona con la misma ropa que estoy usando, él les indicará por donde deben de seguir.
—Disculpe, pero ¿a dónde nos lleva todo este laberinto? —le pregunto.
Nos toma por los hombros y nos empuja dentro de un pasillo, al mismo instante que cierra la puerta, rápidamente me volteo y giro la perilla, pero ya es muy tarde, la puerta está bloqueada. Golpeo fuerte para que nos abra.
—Oye, amigo, déjanos salir —grito, esperando que el tipo aún esté detrás de la puerta, pero no responde nadie.
—Creo que la solución es seguir —me dice Jenn, levantando sus hombros.
Caminamos por el túnel, las luces de este pasillo están más brillantes que las del anterior. Seguimos las indicaciones que nos dio el tipo hasta llegar a la puerta verde, fuera de ella hay un chico rubio menos musculoso, pero con el mismo uniforme.
—¿Audrey y Jenn? —Nos pregunta.
—¿De qué se trata todo esto? —le digo.
Abre la puerta y nos toma de las manos, luego nos jalonea por un camino corto.
—Oiga, le hice una pregunta —digo malhumorada.
—Tan guapo y mal educado —menciona Jenn.
Él no se detiene, ni siquiera dice una sola palabra sobre nuestros comentarios, el ruido comienza a inundar el lugar, abre una puerta negra que nos conduce a una pequeña división donde no hay mucha gente.
—V.I.P. —Nos dice el muchacho, dándonos una sonrisa mientras nos suelta las manos.
—Guau, esto está increíble. —Jenn abre la boca en admiración—. Gracias rubio.
Él se aleja y cierra la puerta. Podría decir que el lugar está completamente lleno, es como un concierto de Justin Bieber no hay ni un solo espacio vacío, nunca pensé que habría tantas personas en un concierto de ellos.
—Addy, esto es genial —me dice Jenn, sacudiéndome como si fuera un quintal de papas.
—Estoy igual de sorprendida que tú.
Segundos después comienza a salir humo artificial del escenario, una batería inicia su marcha y a ella se le integran la guitarra y los demás instrumentos, la niebla no me deja ver a ninguno de los integrantes, pero los gritos de todas las personas llenan el lugar de emoción y satisfacción. Una voz comienza a cantar y sé de quién es esa voz, es la misma voz que me dedicó ese poema, es la misma voz que me susurró muchas veces al oído, es la misma voz que pronunció muchas veces mi nombre, es una voz indescriptiblemente sexy. El humo se dispersa y lo veo, él está allí parado con la guitarra entre sus manos y con su boca pegada al micrófono. Cada palabra que articula provoca una fuerte reacción en mi corazón, el anhelo de ser un micrófono justo ahora abarca mi cabeza, extraño su boca, sus labios y su aliento. Verlo ahí me hace amarlo aún más, su cabello juega con las luces del escenario y su sonrisa es igual de hermosa que el primer día que lo vi.
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Imparable
RomanceAudrey ha sido marcada por una tragedia familiar. Enfrentando el abuso y la pérdida. Esto lleva a Audrey a reconstruir su vida en Texas, dejando atrás un pasado oscuro. La trama se desarrolla entre recuerdos de su dolorosa infancia y la incertidumb...