Navidad

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Scorpius acababa de enviar a Antares con el regalo de Albus cuando Gawain aterrizó sobre su escritorio. Llevaba un paquete cilíndrico en la pata derecha y una nota sellada con la desordenada caligrafía de Albus. Dudó un momento. ¿Qué abriría primero?
La carta fue la elegida: una extraña nota con dos líneas.
"Querido queridísimo Scorpius:
No me gusta nada mi vida sin ti. Que estos te ayuden a protegerte de todo mal.
Todo mi amor, Albus."
No pudo evitar acariciar la firma caótica de su ¿amigo?, antes de abrir el paquete, un tubo gigantesco, similar al de los caramelos de limón, los favoritos de Dumbledore, de acuerdo a los libros de historia.
Tiró de la tapa, una explosión de purpurina verde y plata lo cubrió de pies a cabeza y encontró en sus manos una serie de tomos cuidadosamente encuadernados, todos sobre hechizos defensivos.
Feliz, hojeando uno de los libros, bajó a desayunar, con el cabello lleno de los colores de Slytherin, pensando en mil maneras de compensar tan maravilloso regalo.
        * * *

Albus todavía estaba sonriendo cuando su madre le sirvió las tostadas carbonizadas. Siguió sonriendo mientras desgnomizaba el jardín y mientras su hermano le devolvía su chaqueta de las Arpías de Holyhead con una manga de menos.
Lily, que había estado ayudando a su madre con la decoración y había observado todo, comentó:-El regalo de Scorpius debe haber sido genial. El muy idiota no puede borrarse la sonrisa de la cara.
Su madre soltó una risita.
- Lo que sea, debe ser carísimo. Ya sabes,- comentó Ginny- como les gusta a los Malfoy.

Lily soltó una risotada que su hermano, felizmente distraído, interpretó como una más de sus excentricidades. Ella, muerta de risa, le dio una enérgica palmada en la espalda y preguntó con aire inocente:- ¿Te gustó el regalo de Scorpius? 

Las orejas del chico se volvieron tan escarlatas como llamas, que encendieron las carcajadas casi maníacas de su hermana menor. Muy ofendido, murmuró:- No es asunto tuyo.
Pero resultó que era lo de menos, porque, por la tarde, cuando lo vieron bajar las escaleras hacia el salón, vestido para la cena de Navidad en la Madriguera, fue claro para todos que esa camisa era nueva y era la clase de prenda que sólo un Malfoy regalaría y usaría. El color verde pálido de la seda hacía que sus ojos se vieran particularmente brillantes.

Y aunque estos detalles le valieron felicitaciones y burlas a la par, su momento llegó cuando se quitó la camisa, después del postre. En la camiseta verde oscuro que llevaba se leía una inscripción plateada que rezaba "Demasiado Slytherin para su propio bien." Los regalos de Scorpius eran realmente una buena combinación: elegantes y escandalosos, como lo confirmaban los rostros de sus tíos y primos.

Al despedirse, la abuela Molly le dio un abrazo y un paquete.
- ¿Le enviarías esto a los Malfoy, cielo? Pig está algo achacosa últimamente y se pierde cuando recorre más de 3 km.
Albus le aseguró a su abuela que lo haría, notando, por la consistencia del paquete, que se trataba de objetos blandos, probablemente unos sweaters. Como no le sucedía desde su más remota infancia, sonrió todo el camino de vuelta a casa.

Año Nuevo con Los PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora