34. Nada

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Dos semanas después de haber empezado el nuevo instituto, llegue cansadisima a casa. Habíamos tenido clase de gimnasia, jugamos voley y Paula me eligió primero. Aún no puedo creerlo.

Aunque me sentía muy extraña, sobre todo porque no percibía nada. Ni siquiera a los residuales de siempre, como el espíritu de un ladrón frente a la comisaría que murió baleado escapando de la policía cuando lo estaban apresando, y cada día a las 09:  17 repetía la secuencia de tratar de escapar y morir, desvaneciéndose hasta el día siguiente.

¿Habré perdido mi maldición?

No lo sé, y no estoy muy segura de cuanto me guste.

Mamá No Estoy Loca, Solo Hablo Con Fantasmas (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora