37. Mariposas Estomacales

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-Lo que digo es que a los niños les gusta demasiado el fanservice. Ni siquiera pueden ver el trasfondo de los personajes ¡De las series que se la pasan viendo!-. Julieta me hablaba indignada, ella se toma las series animé muy en serio.

Pero mi cabeza estaba en otra parte.

"Debes salvarlos"

¿Tendrían algo de sentido estos sueños? Hace unos días que venía soñando lo mismo, pero solo hasta la noche anterior había podido comprender lo que decía Harry.

¿A que se refería? ¿Quienes eran esas personas? ¿Era algo más  que sólo un sueño? ¿O, era solo mi remordimiento por tratar de borrar a Harry de mi mente, lo que los producían? Y si fuera así, no tendría razón de ser el soñarlo diciéndome que salve a alguien. Y de todas maneras, soy sólo una niña. No soy ninguna clase de rescatista o heroína.

El timbre del descanso me sacó de mis pensamientos. El profesor de química ya estaba saliendo del salón de clases.

-Te noto distraída. ¿Estabas pensando en Victor, no?-. Julieta me miraba pícara, ella siempre emparejaba a todo el mundo.

-¡Oye!-. Me avergonce. Victor Wang, el medio hermano de Paula, ellos no se parecían en absolutamente nada. Victor con rasgos asiáticos, su madre es de Corea. Y Paula parece salida del caribe, siendo su madre de algún lugar isleño que nunca recuerdo. Comparten sólo a su padre, y tienen la misma edad. Aunque nunca nadie habla sobre eso.

Julieta me dio un codazo, Victor se acercaba a nosotras y sentí como comenzaban a sudar mis manos.

-Paula quiere verte, está en el comedor-. Le dijo a Julieta, quien se levantó de su asiento sin dudar. Solo quedábamos nosotros en el salón, todos habían salido al descanso.

Mientras salía Julieta me guiñó un ojo. "Tragame tierra" Es lo único que podía pensar.

-Aaaaam, tal vez debería aprovechar para refrescarme antes de que comience la clase-. Junté mis palabras lo mejor que pude. Cuando estaba con Victor, mi voz salía en un fino hilo de voz apenas audible.

-No, espera- se rascó la cabeza y me sonrió levemente sonrosado. Mi estómago sintiéndose como si hubiera una lucha en su interior -Me gustaría hacerte una pregunta-.

Tragué saliva y solo asentí, mirando el piso, las palabras se atoraban en mi garganta. Y ver a Victor a los ojos resultaba imposible.

-¿Te gustaría tomar un helado conmigo el sábado?-El sábado era en dos días. Nunca jamás nadie me invitó a ningún lugar que no sea a pudrirme en el infierno, por ser una loca que charlaba con seres imaginarios.

-¿Por qué no? Me parece bien- traté de hacerme la interesante y que no se de cuenta de mi nerviosismo. Después de todo, solo somos amigos.

-Entonces... Es una cita-.

Oh.

Mamá No Estoy Loca, Solo Hablo Con Fantasmas (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora