79. Secretos Revelados

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   Música y baile. Erick acercandose cada vez que podía. Comida. Pastel.

Asi prosiguió mi fiesta hasta su final. Adrianno se fue después del vals prometiendo que volvería a encontrarme. Y no volví a ver Victor tras el "beso" de Erick.

   Aunque traté de no pensar en la oleada masiva de información con la que fui bombardeada en los 10 minutos que duró mi vals, no pude hacerlo del todo.

Ya en mi casa sentía que mi cabeza daba vueltas.
No pensé ni siquiera en ducharme. Fui directo a mi habitación, me puse una pijama y googleé "Stefano Rosso". Me salieron muchos resultados. Asi que esta vez googleé "Adrianno Rosso". Debido a la fama de este último, era el primero en aparecer. Busqué información sobre su familia, y ahí encontré un link al portal de información de Stefano.

"Stefano Domingo Rosso nacido el... en la ciudad de... Italia. No se sabe mucho de el más que es el hermano del famoso medium Adriano Rosso, y que desapareció hace muchos años..." No había mucho más de el. Solo una foto de Adriano y el cuando eran pequeños. Aunque sea ahora podía darme una idea de su cara, aunque seguro sus facciones habían cambiado un poco en su pubertad.

-¿Cómo supiste su nombre?

Mamá apareció detrás mío, me di un buen susto ya que no me di cuenta cuando entró a la habitación.

-¿Te lo dijo Adrianno?

-Mi tío. Y no, no fue él.

-Entonces fue tu abuelo ¿Verdad? Vi que te hablaba durante el baile. Traía esa expresión de cuando dice algo serio.

-Mira mamá eso no importa. Si fue el abuelo o fue mi tío. No importa. Yo solo quiero saber que pasó con mi papá, porque me abandono. Como era su rostro. Ya no soporto tantos secretos mamá. Ya no más, por favor.

Mamá se sentó junto a mi y tomó mi telefóno. Observó la foto por unos segundos y suspiró.

-Tienes razón Annie, ya eres suficientemente mayor para saber.

Se levantó de la cama, me dijo que me duche y que luego me esperaba en la cocina para contarme todo. "No puedo afrontar esto sin un café" dijo mientras cruzaba la puerta.

   Me duché lo mas rápido que pude. Estaba impaciente por la verdad, después de todo, mamá había callado por 16 años y al fín me explicaría todo o al menos una gran parte. Y quizás con eso, muchas dudas acerca de mi misma y mi contacto con los espiritus, serían despejadas.

Solo quizás.

   Mamá estaba en bata de baño esperando con la jarra de café llena y dos tazas, una para cada una. Ella nunca me dejaba beber café porque decía que era pequeña para eso. Esto podría parecer una tomtería, pero ¿significaba acaso que reconocía que ya no era una niña indefensa y que era capaz de soportar la verdad? Puedo estar siendo dramatica, pero para mi, el que me deje tomar café en este momento, solo era un simbolismo de eso. Como una forma de decir "sé que ya eres una niña pequeña toma esta taza de verdad".

Me acomodé en el asiento, esperé a que mamá llene mi taza con café. Tambien me acercó unas galletas.

-Bueno Annie querida, espero que me dejes contar mi relato sin interrumpciones. Creo que si me detengo ya no podré continuar. Y te mereces saber todo.

Mamá bebió un gran sorbo de café como si no estuviera tan caliente, que si lo estaba.

-Cuando era apenas un poco menor que tú, nos mudamos de Italia a esta pequeña ciudad. Sin embargo no fue tan duro como creí que sería. Papá se encargo de comprar una casita en el barrio italiano. Fue cuando conocí a tu tío, Adrianno. Me enamoré a primera vista. Pero él era unos años mayor. Durante muchos años seguí enamorada de él. El era el chico mas atractivo del barrio. Papá siempre me decía cuanto quería que me case con un italiano, asi que para mi era perfecto. Pero Adrianno jamás me miraba como yo quería, ni siquiera cuando me salieron los senos y los otros muchachos en el barrio no apartaban su vista de mi. Incluso su hermano Stefano estaba loco por mi. Decidí ya siendo un poco más mayor, confesarmele a quien tan boba me tenía. No me importaba que en el barrio se rumoraba que esa era una familia de locos, que eran satanistas, que eran brujos. Se decían tantas cosas. Pero en una cosa coincidía  todos, eran algún tipo de espiristas. Tenían esta especie de clarividencia o lo que sea. Los dos padres de Adrianno y Stefano eran medium, y Adrianno se dirigía a ese camino. Pero aún así yo lo quería para mi desesperadamente.
Asi que un día me arreglé como nunca lo había hecho, y fui a su casa. En ese tiempo era muy normal que la gente se siente en las veredas a socializar. Podía sentir como muchos estaban desvistiendome con los ojos y eso me hizo sentir de maravilla. Llena de seguridad. Asi que llegue a su casa que quedaba a una cuadra de la mía y golpeé la puerta. No tenían timbre. Stefano salió y se enmudeció al verme, y parecía tan frustrado cuando le dije que buscaba a su hermano. Le dije todo Annie, le dije que lo amaba desde el momento en que lo vi. Le dije que no podría ser la esposa de otra persona que no sea el, que yo había nacido para encontrarlo. Pero el solo me dijo "eres una niña lo siento". Yo tenía 17 años, incluso había hombres mayores esperando a que cumpla la mayoría de edad, para poder pedir mi mano. No podia creer que el me esté rechazando cuando todos querían estar conmigo. Mi mundo se vino abajo. Asi que cuando Stefano me invitó a una cita unos días después, acepté. Creí que eso lastimaría a Adrianno, que se pondría celoso y recapacitaría, pero el no pareció inmutarse. Los meses pasaron, y seguí saliendo con el más joven de la familia Rosso. El era completamente diferente a Adrianno quien era culto y trabajaba desde los 15 años. Tu padre era más bien... Un  hippie.-recordé las palabras del abuelo durante el vals pero no quisé interrumpir a mamá después de su advertencia. Su mirada parecía perdida en recuerdos a medida.que avanzaba en su relato. Mi café se enfrío un poco, asi que empecé a beberlo y con suerte eso mantendría mi boca ocupada por el momento.

Mamá No Estoy Loca, Solo Hablo Con Fantasmas (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora