Taehyung estrujó la camiseta de su novio entre sus manos y cerró los ojos. Jungkook lo había abrazado por la cintura en cuanto el castaño se había acurrucado en su pecho, dándole la espalda a los acontecimientos:
- Mi amor, no pasa nada –le susurró para tranquilizarlo-. Jiminie va ganando.
- Pero no me gusta verlo de esa forma –lloriqueó en su hombro sin querer ver-. Él no es así, no es nuestro Chim. Quiero que acabe ya, el combate lo está empeorando.
El menor sabía a lo que se refería. Cuando Jimin pisaba el ring parecía sufrir una transformación. Su dulzura y calidez desaparecían dando paso a alguien frío y despiadado. Su sonrisa burlona y su mirada oscura pedían sangre a gritos, huesos rotos, alaridos y quejidos de dolor. La forma de moverse del pelinegro asustaba, era muy rápido y, junto a su fuerza bestial, erizaban la piel a todos los presentes.
Los espectadores habían hecho silencio tan solo con el primer golpe, porque había quedado claro quien ganaría y eso solo provocó que los valientes que encararon al mayor huyeran antes de que aquello acabara.
El pelinegro se pasó la lengua por los labios con una expresión feroz en su rostro. Tenía las manos cubiertas de sangre y algún que otro golpe que se le empezaba a notar a medida que pasaban los minutos:
- ¿Te vas a rendir ya o prefieres pasar la noche en el callejón?
- Cálla-te –escupió a un lado. Casi no podía levantarse y el cuerpo le temblaba.
Jimin se había descargado en él y lo más probable era que ningún hueso volviera a su sitio después de la paliza. Este se acercó y con un dedo en su frente lo tiró de nuevo al suelo. Ese había sido su final y el poco público que quedaba se retiró defraudado, siempre era lo mismo:
- Déjalo ya –habló Hong-. Anda, paga y vete de aquí.
- No me iré hasta borrarle esa mirada de superioridad al idiota este.
- ¿Superioridad? –enarcó una ceja el más bajo.
Sonrió cínico y se acercó con paso intimidante. Se agachó a su altura y lo sujetó del cuello dejándolo sin respiración. El otro intentó apartarlo, pero ya no tenía fuerzas para ello. En cambio, Jimin no había empleado ni la mitad de su potencial, por lo que sin esfuerzo alguno lo levantó en el aire provocando que tosiera y empezara a cambiar de color:
- La gente como tú me repugna, ¿sabes? –apretó más el agarre.
- Suel-ta –exigió.
- ¿Te crees que esto es un puto juego? ¿Qué puedes venir aquí a divertirte? Estás tan equivocado que mereces que te mate ahora mismo.
- Jimin, tiene que ser capaz de pagar, no lo hagas –avisó Hong.
- Cierra la boca –lo miró de reojo-. Lárgate de aquí ahora mismo sino quieres que termine lo que empecé –el sujeto no podía hacer ni un solo movimiento y el aire lo había abandonado por completo.
Lo tiró contra el poste de la esquina y se dio la vuelta:
- Quiero mi dinero ahora y la próxima vez piensa mejor a que gilipollas me traes –gruñó.
Los dos chicos lo siguieron hasta el interior del vestuario de nuevo. Jungkook cerró la puerta en silencio y vio al castaño acercarse al mayor:
- Jiminie –murmuró-. ¿Estás bien?
- Sí, cariño. No te preocupes –lo miró.
Taehyung sonrió contento, ahí estaba el Jimin al que ellos amaban. Se aproximó a él y le indicó que se sentara. Después de cada combate siempre le curaba las heridas y esta vez, aunque no fueran muy profundas o graves, no iba a ser la excepción.
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Love Beat [JiKookV] {Corrigiendo}
Fanfiction"Ellos eran los únicos que podían hacerlo..."