Love Beat [JiKookV] {Corrigiendo}

Capítulo Diecinueve

El delgado chico regresaba apresurado hacia su casa. Sus manos viajaban a cada uno de sus ojos cristalinos para poder ver el camino que las lágrimas le impedían. Lo primero que pensó cuando vio a la chica fue que Jimin también lo abandonaría y, a pesar de que supo que era su hermanastra, el susto todavía hacía estragos en su delicado corazón.

No obstante, la conversación lo seguía haciendo temblar de pavor. Alguien quería matar a su novio, a su otro novio. Aunque no fuese novedad, el saber que ese chico actuaba desde el odio y el resentimiento le había dado escalofríos.

Estaba asustado, lo suficiente como para esconderse de todo. Primero Jungkook y luego Jimin. Se le estaba haciendo difícil la carga emocional que se le había acumulado. Le costaba respirar, y luchaba contra perder el sentido, porque eso es lo que siempre le ocurría. Era un cobarde, pero recordó que no tenía a nadie para esconderse en ese momento, así que cogió aire entre pequeños espasmos e hizo el esfuerzo de llegar a casa.

El pelinegro miró la hora antes de abrir la puerta. Había llegado justo a tiempo. Cuando puso un pie dentro de casa, la oscuridad lo golpeó de repente. Su corazón se aceleró al instante y, como si hubiese resultado una necesidad, lo llamó:

- ¡Taehyung!

Oyó un pequeño suspiro cerca de él y encendió con rapidez la luz:

- Tae... -lo llamó al ver el cuerpo del menor hecho bolita en el sillón.

- Jiminie... -dijo con dificultad, pues tenía la cara contra uno de los cojines.

- Mi amor –suspiró aliviado y cerró-. ¿Qué ocurre? –se acercó para agacharse a su altura.

- ¿Vas a luchar contra tu hermanastro? –se encogió en sí mismo.

Jimin abrió los ojos de golpe:

- Te seguí –habló ante la muda presencia de su novio-. Perdón –murmuró.

- Cariño –le puso una mano en la mejilla-. No debiste hacer eso, estabas solo y...

- Pero yo no quería que te fueras. Quería saber quién te llamó –dijo con pena-. Pensé que me ibas a dejar –hipó-. Yo tenía m...

- Ya está, amor –sonrió débilmente y lo abrazó.

Taehyung se acurrucó en su pecho sintiendo la tibieza de este. Eso le calmaba mucho:

- Yo nunca te voy a dejar, pequeño –le besó la frente-. Jamás lo haré, porque no podría. Incluso después de la muerte, estaré contigo.

- No digas eso, Chim –se mordió el labio-. Estaremos juntos siempre, los tres...

- Los tres, te lo aseguro –depositó un pequeño beso en sus labios-. Pero, respecto a lo otro... -suspiró.

- ¿Crees que es verdad? –hizo un puchero.

- Sí, y no sé por qué la creo, pero es verdad.

Por mucho que le costara asimilarlo y, a pesar de que no quisiese saber nada al respecto, la sinceridad en las palabras de Sunhee le había llegado con creces:

- Tengo miedo de él –agarró la camiseta de Jimin entre sus dedos.

- Intentaré no perder –le sonrió con ternura.

- ¡No! –lo miró con el ceño fruncido-. Tienes que ganar, perder significa la muerte. ¡No puedes morir! ¡No! –le golpeó en el pecho.