Love Beat [JiKookV] {Corrigiendo}

Capítulo Dieciséis

Jimin observó de reojo el ambiente tan silencioso que había en la mesa. Taehyung no despegaba la mirada de su plato y comía en silencio, como si temiera hacer algún ruido.

Tenía el mismo semblante triste que cuando el castaño había aparecido ante ellos a la salida de la universidad, con esa sonrisa falsa que tan bien fingía, con su hablar seco y con sus pupilas rehuyendo de las suyas. Podría aparentarlo, podría intentar aparentar lo que sea que estuviese escondiendo, pero lo que más perplejo le había dejado era que él mismo creyese que podía mentirles.

Taehyung sabía que a Jungkook le pasaba algo. Jimin sabía que a Jungkook le pasaba algo. Jungkook aparentaba que ellos no sabían que le pasaba algo. Él nunca había hecho eso, nunca había actuado de esa forma y eso a Jimin no le gustaba para nada.

El ruido de la silla interrumpió sus cavilaciones. Miró hacia su costado y vio a Taehyung recogiendo su plato medio lleno aún:

- Tae...

- No tengo más hambre –respondió en voz baja.

Jimin suspiró y miró a Jungkook, quien ignoraba la situación. Taehyung amaba comer y si no lo hacía era porque se sentía triste, preocupado o asustado. El pelinegro frunció el ceño y su aguda mirada se clavó de lleno en el menor de todos, lo que provocó que Jungkook notara sus oscuros ojos sobre él. Este lo miro con una expresión carente de emoción y Jimin siguió los pasos de Taehyung hasta que desapareció del salón:

- ¿Qué haces? –espetó.

- ¿Qué? –cuestionó el castaño.

- ¿Qué ha pasado hoy? –dejó los cubiertos sobre la mesa.

- Ya te dije que nada –se encogió de hombros.

- Jungkook... -exhaló con el propósito de armarse de paciencia.

- Simplemente quería coger aire –habló al terminar de comer.

- ¿Me lo vas a decir?

- No tengo nada que decir, Jimin –se levantó de la mesa.

- Jungkook –lo llamó.

- ¿Qué?

- ¿Te ha pasado algo que no sepamos?

- ¿Qué iba a pasar?

- No lo sé, eso es lo que estoy tratando de entender.

- No hay nada que entender, déjalo ya.

- Jungkook.

- ¡Joder, Jimin! ¡Déjalo de una puta vez! –gritó desde la cocina haciendo algo de ruido con los platos.

- Habla –contestó serio.

Jungkook apretó con fuerza los puños estando de espaldas al más bajo, quien lo había seguido a la cocina. Se maldijo por no haberlo sabido ocultar mejor, pero es que tampoco tenía fuerzas para hacerlo. Sería la última noche con ellos y eso lo estaba desgarrando por dentro, lo estaba consumiendo y todo eso se convertía en rabia, en impotencia y dolor:

- Déjalo –se dio la vuelta para salir de ahí y encerrarse en el baño.

El mayor agachó a la cabeza, porque lo había sentido. Había sentido el dolor en las palabras de Jungkook. Decidió dejarlo pasar e irse a la habitación, ya podría limpiar mañana.