Durante la comida nadie habló, en el comedor sólo estábamos Dereck, James, Nate y yo. El silencio cada vez era más tenso, sólo se escuchaban las cucharas sonar en los platos y los vasos al volver ser puestos sobre la mesa.
Dereck nos miraba a todos mientras comía, James se notaba tenso ante la mirada de su padre y Nate comía como si en el comedor sólo estuviera él, se la pasaba viendo hacia las ventanas, estudiando con detenimiento lo que había al exterior de ellas.
Ante esa observación, volví a recodar al americano que había llevado mi padre a casa, cuando estábamos comiendo, él no dejó de ver hacia la ventana que estaba atrás de mi, de vez en cuando me miraba y me lanzaba una sonrisa, una sonrisa amigable.
Yo le devolvía la sonrisa, inocentemente. Mi madre apenas había tocado la comida en su plato y a mi padre no parecía importarle la incomodidad de mi madre.
Al despedirse aquel hombre, mi padre se dirigió a él por un nombre:
Sánchez.
-Tenemos que ir a España. -Dijo Dereck sacándome de mis pensamientos.
-¿España? -Preguntó James frunciendo el ceño.
-No nos arriesgaremos a negociar con gente que después puede llegar a la mansión con otras intenciones.
Aún no entendía, le di una mirada rápida a Nate, pero él estaba viendo atentamente a Dereck.
-No entiendo -dije-. ¿Por qué irás a España?
Dereck rió.
-No. Iremos, a España.
-¡¿Qué?! -Dije casi expulsando las papas que tenía en mi boca.
-¿Recuerdas a los rusos que vinieron la última vez? -Asentí dudosamente ya que no estaba informada más allá de que entraron a la mansión destruyendolo todo-. Bueno, no se quién los envió, pero estoy seguro de que fue alguien con quien hice negocios en ésta mansión. Si sigo trayendo gente aquí, me arriesgo a que después puedan hacer lo mismo, mandar a otros para que nos arruinen, así que ahora vamos a hacer negocios fuera de la mansión, para que nadie más sepa en donde estamos.
-Pero yo no quiero ir a España, además... ¿cómo voy a pasar por el aeropuerto?
-¿Aeropuerto? -Volvió a reír-. ¿Crees que iremos a un aeropuerto? ¿Qué nos crees? Tenemos nuestros medios de transporte, tenemos pilotos privados y podemos salir del país sin tener ningún problema con las autoridades, ellos ya me conocen, pero no del todo.
Debí imaginarlo, eran millonarios, con toda esa droga y las chicas...
-No iré a España -repetí.
-Lo harás, quedamos en que ayudarías, sino, tu hermano tendrá que sufrir y no quieres eso ¿cierto? -negué bajando la cabeza hacia mis manos-. Bien.
Terminó de comer y se puso de pié para luego irse, en el comedor sólo quedábamos James, Nate y yo.
Dejé la comida en el plato, ni siquiera sabía por qué comía en este lugar, yo no pertenecía aquí ni era mi hogar.
No podía sentarme tranquila a comer mientras mi vida podía estar en riesgo y mientras otras personas estaban sufriendo por culpa de mi padre y tal vez por mi culpa.
Miré a ambos chicos y los dos seguían comiendo.
-Que divertido, iremos a Madrid -dijo James sonriendo.
La verdad nunca había salido de Australia, nunca se me pasó por la cabeza hacerlo. Este era mi hogar, donde pertenecía, claro, lejos de ésta mansión.
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Mansión De Narcos ©
Mystery / ThrillerUna grupo de narcotraficantes y secuestradores acecha la ciudad de Darwin, Australia. Los Grifos. La gente sabe de ellos y les temen, pero no saben quiénes son, pasan desapercibidos entre los demás habitantes, son demasiado cautelosos y cuidadosos c...