Me sentí mareada al haberlo escuchado decir aquellas palabras, yo no era muy fanática de la sangre.
Sentí náuseas, pero lo controlé.
-Después del desayuno iremos a ver que tal disparas -dijo Dereck señalándome con el tenderor.
Había olvidado que no había ido con Nate y James para que me enseñaran a disparar.
Ya no tenía hambre, de tan sólo imaginarme a mi matando a alguien me daban náuseas.
Otra vez ese olor asqueroso inundó mis narices, me sentí mareada y cerré los ojos tomándome la cabeza con las manos. Me puse de pié para marcharme pero me tambaleé. Nathan se puso de pié rápidamente y me tomó por atrás.
-¿Estás bien? -Preguntó viéndome un poco... ¿preocupado? Asentí y sonreí.
-Parece que no han aprendido que cuando preparan la droga hay que cerrar la puerta. -Dijo Dereck poniéndose de pié furioso.
-¿Quieres ir arriba? -Me preguntó James. Miré a Nate y luego miré a James.
-Creo que... mejor iré a desayunar en la cocina. -Dije sonriéndole a ambos.
-Está bien -sonrió James. Nate sólo asintió y se volvió a sentar.
Dios. No podía elegir entre ellos dos.
James era muy bueno conmigo y Nate... bueno él era bipolar.
Pero lo malo era que ya estaba empezando a sentir cosas en mi estómago cada vez que tenía a Nate cerca, y me daba miedo, porque no podía sentir cosas por él si quería escapar de aquí.
En cambio James, él era muy bueno conmigo, pero no sentía nada cuando estaba con él.
Caminé hacia la cocina siendo dirigida por una de las cocineras, al llegar, vi que era gigantesca y elegante.
Todo estaba en orden y algunos empleados estaban desayunando. Había un señor con las ropas totalmente sucias, era el jardinero.
Los saludé a todos y una cocinera llamada Esmeralda corrió a traerme el desayuno. Me senté enfrente de los que estaban desayunando; las dos señoras y el jardinero me vieron curiosamente.
Esmeralda colocó un plato con panqueques en la mesa y después trajo la miel. Sonreí al verlos y empecé a comerlos. Me seguían recordando a Chris, y eso me ponía mal.
Sánchez entró en la cocina y nos vió a todos.
-¡¿Porqué demonios ella está desayunando con los empleados?! -Le preguntó a Esmeralda histérico.
-Yo... -Dijo ella nerviosa.
-¿Tú qué? ¿Sabes quién es ella? Tú jefa. -Dijo con su voz gruesa y firme.
-Está bien -dije poniéndome de pié- no tengo ningún problema con desayunar con ellos.
-No deberías, su clase es...
-No importa, no me importa la clase de la que sean. Quiero desayunar con ellos -lo miré seria y lo reté con la mirada. Sánchez asintió y salió de la cocina. Miré a las personas que estaban sentadas enfrente de mi y los tres estaban pálidos del miedo.
Todos aquí le temían más a Sánchez que a Dereck, seguro mi padre era igual a él.
-Gracias -dijo el jardinero con una sonrisa tímida.
-No fué nada. Lo odio -dije rodando los ojos y riendo.
Todos parecían sumisos, todos estaban cabizbajos.
-¿Porqué trabajan aquí? -Pregunté. Realmente, pensé en voz alta. Ellos me vieron dudosamente. El jardinero se relamió los labios y habló.
-Nos engañaron. No sabíamos que eran narcos, una vez que ya estábamos aquí, no podíamos irnos. -Dijo bajando la cabeza.
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Mansión De Narcos ©
Mystery / ThrillerUna grupo de narcotraficantes y secuestradores acecha la ciudad de Darwin, Australia. Los Grifos. La gente sabe de ellos y les temen, pero no saben quiénes son, pasan desapercibidos entre los demás habitantes, son demasiado cautelosos y cuidadosos c...