BRUISED [kookmin]

neuf

Jeongguk estuvo todo el día tratando de obtener alguna pista sobre la verdadera razón del moretón de Jimin, más no obtuvo absolutamente nada.

Estaba realmente preocupado

Nunca en su vida había visto un moretón que se pareciera a ese, sin embargo, sabía muy bien que no podía ser obra de alguno de los accidentes de su "torpe" amigo.

Estaba tan concentrado en sus pensamientos que no había notado que Jimin le estaba hablando desde quién sabe cuándo y diciéndole quién sabe que cosas. En ningún momento soltó el agarre que tenía en la mano del chico, sintiéndose demasiado a gusto con el roce de sus dedos fuertemente entrelazados.

—¿Ah? ¿Qué decías, pastelito? —parpadeó y sacudió su cabeza, liberándose de sus pensamientos.

Jimin se sonrojó de repente y Jeongguk frunció el cejo, claramente confundido; también pensando en cuán bonito se veía el más bajo, con las mejillas teñidas de un rojo leve.

—Olvídalo, no era importante. —El castaño siguió con su mirada la mirada de Jimin, hasta que esta fue a parar a sus manos, sonriendo sutilmente, pronto notó que el sonrojo en los mofletes de Jimin se incrementaba marcadamente.

Casi de manera inconsciente el menor de los dos comenzó a acariciar el dorso del pulgar del otro y, por un momento, lamentó haber estado tan distraído, quizás Jimin le estaba contando la verdad y él simplemente no había escuchado ni una sola palabra. Ahora nunca sabría lo que el chico le había dicho.