trente quatre

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Y aunque en ese momento solo quería gritarle al chico por no haber ido con él y no avisar, sabía que no iba a ayudar en lo absoluto.

En cuanto el mayor reconoció su voz, su mirada cambió por completo y pareció volver en sí.

—Jeongguk... —Apenas pudo pronunciar las palabras.

—Aquí estoy, Jimin. ¿Puedes decirme qué pasó? —Su mirada se desvió hacia las muñecas del contrario, las cuales estaban rojas y maltratadas, luego miró cómo el moretón, que ya estaba desvaneciéndose en su mejilla, se había intensificado.

Poco a poco todo comenzó a encajar.

Miró a su alrededor, fijándose en la ropa que estaba en el suelo.

—Jimin, mírame. —Con delicadeza tomó el rostro del chico entre sus manos, limpiando un poco las lágrimas que bajaban por sus mejillas. —No me digas que él... —Sus palabras fueron interrumpidas por un fuerte sollozo emitido por el joven, todas las preguntas, y especulaciones que rondaban por la mente de Jeongguk fueron resultas en ese momento.

El señor había abusado sexualmente de su propio hijo.

BRUISED [kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora