1.10 Fin del paseo

38 4 0
                                    

Después de unos minutos, los gritos se hicieron cada vez más fuertes y los pasos más cercanos, posteriormente los seis se encontraron.

— ¡Todos! ¡Han venido por nosotros!—Iker lloriqueaba corriendo hacia ellos.

—Sí... Nosotros...—Alardeaba Tim alzando su dedo índice, Iker lo pasó corriendo, yendo hacia Suemy y abrazándola muy fuerte.

— ¡Suemy! Te extrañé tanto... No sabes cuánto. — Hipaba.

—Hmmpf.... —Suspiraba Sue, reservada y correspondiéndole a su abrazo. —Me acabas de conocer, no entiendo...

—Jajaja Iker, no tienes remedio... —Bromeaba Zuley, viendo a esos dos.

— ¡Maney! ¡No vuelvas a irte así nunca!—Regañaba Tim. — ¡Si vuelves a hacerlo, no te volveré a hablar!—Cruzó sus brazos y cerró sus ojos en manera de disgusto.

—No seas tan extremista, no me iré... —Ella le daba palmadas en la espalda. — Porque si lo hago, ¿Quién va a cuidar de ti?—Le sonrió.

— ¡Basta ya!—Los calló Derek, serio. Todos guardaron silencio; él los miró a todos y agregó: —Debemos ir y reunirnos con los demás.

—¡Es cierto!—Recordó Zuley; agrandó sus ojos y se tapó la boca. — ¿Cómo pude olvidarlo?

—Empiecen a caminar...—Derek los movía, separando a Iker de Suemy y empujando a todos los demás.

—No seas molesto, ya vamos... —Se quejó Tim, caminando junto con Maney y Zuley.

— ¿Qué dijiste, idiota?—Retó Derek, con hostilidad en su voz.

— ¡N-nada...!—Corrigió asustado. Se adelantó junto de Zuley y Maney, Suemy suspiró y siguió el paso, dejando a Derek e Iker solos.

—Me llamaste Elián...—Le reclamó molesto y un tono de pesadez.

—Perdóname. Estaba feliz de que nos encontraron, el primer nombre que me vino a la cabeza fue ese... —Se disculpaba, apenado y con la mirada hacia abajo sintió cómo su cara comenzaba a ruborizarse.

—...Hay que seguir, o ahora nos perderemos nosotros. —Cambió el tema. Pronto Derek e Iker alcanzaron a los otros cuatro y dentro de un breve tiempo, llegaron al valle de antes; estaba desolado y no se escuchaba ningún ruido. —Caminemos hacia los camiones. —Ordenó Derek, serio.

— ¿Por qué a los camiones? ¿No iríamos a alcanzar a los demás?—Preguntó Maney, confundida.

—Son las 18:30, el paseo está por acabar. Los camiones están mucho más cerca que el grupo... —Comentaba Zuley, analizando la situación.

—No es justo... Al final no vi nada. ¡Yo sí estaba emocionado por venir!—Se lamentaba Iker.

—Cállate. Fue tu culpa. —Le reprochó Derek.

— ¿¡Mi culpa?! ¡Yo no tengo la culpa de que Maney tuviera una vejiga de bebé!—Se cruzó de brazos.

— ¡Repite eso!—Ella amenazó con hostilidad.

— ¡Epa! Siguen siendo mi responsabilidad y no quiero lesionados en mi turno. —Derek se quejaba, poniéndose en medio de los dos.

—Sí Maney, además no se ve nada bien que una señorita quiera arreglar todo a golpes. —Zuley regañaba.

—Ash... este paseo terminó siendo una pérdida de tiempo. —Protestaba Tim.

—Pues a mí sí me gustó ¡Jamás lo olvidaré!—Sonrío Iker, olvidándose de las riñas, llevándose los brazos a la cabeza y rebasando a todos.

—Por cierto... Iker, Maney, ¿En qué semestre van? Nunca lo supe. —Les preguntaba Zuley, que iba unos cuantos pasos detrás de Iker.

—Tercero... —Dijo Maney, con suavidad.

—Genial, son del medio. —Les vaciló Zuley, muy contenta.

—Oye Mara... —Se animó a preguntar Iker.—Tú eres de las populares... ¿Qué haces con nosotros?

—No olvides que soy responsable del grupo también, era mi deber estar aquí...

—Tienes razón... Una chica popular ni de chiste tendría motivos para venir a juntarse con nosotros...—Tim parecía reprochar. Todos callaron por un momento; después Zuley aturdida, continuó:

—Tú no sabes nada de mí. ¡No te atrevas a juzgarme!—Lo miró con unos ojos llenos de cólera, Tim se estremeció con esa mirada; no dijo nada más, volteó su cabeza hacia el otro lado y siguió caminando; al ver la reacción, Maney fue a su lado y puso el brazo sobre los hombros de su amigo.

Los alumnos regresaron a los camiones, donde los seis compañeros esperaban pacientemente, estaba oscuro. Todos venían gritando y conversando, jugando, sonrientes, divirtiéndose. Los seis chicos los veían sin decir nada. Su reacción era la opuesta a ellos.

— ¡Mara! ¡Te nos perdiste en el camino, igual que Derek!—Insinuó Estrella.

— ¿A dónde se fueron pícaros?—Isabel la codeó.

—Ash, a ningún lado, íbamos justo con la multitud. —Justificó, subiendo al camión.

— ¡Ya no seas payasa!—Reprochaba emocionada. — ¡Cuenta los detalles sucios!

—Ay por favor, ustedes sí que tienen mal la cabeza...—Zuley intentaba no salir de sus cabales con esa conversación.

— ¿Hicieron cosas en los árboles? Porque yo vi cuando se adentraron al bosque...—Isabel mantenía muy firme el dedo en el renglón.

—No hubo nada de eso...—Se tomaba la cabeza con pesadez.

—Bueno pero, lo besaste ¿Cierto?—Continuaban en sus delirios.

— ¿Sí besa rico?—Insistía su otra amiga.

—No nenas, no hice nada parecido. —Zuley continuaba negando el asunto y es que en verdad no había pasado nada.

— ¿Estuviste con Mara? ¡Así se hace viejo!—Sus amigos también felicitaban a Derek.

— ¿Estuve qué? Imbécil. —Derek le dijo en un tono fuerte y hostil, lo suficientemente alto como para todos los que estuvieran comenzando rumores, los callaran al instante.

—Nada, sólo... Pensamos...—El séquito de chicos se disculpaba nervioso.

—Pensaste mal. Fui por unos niños idiotas que se perdieron. Gracias, esta confesión me va a costar puntos en el parcial. Puntos que me vas a pagar. —Amenazó y su compañero temblaba.

—Disculpa...

— ¿Ves? Esas cosas raras...—Iker susurró a Maney, queriendo reír.

—Oh, ya veo...

—En pleno nivel medio superior y nunca faltan ese tipo de bromas...—Comentaba Suemy como si notara un comportamiento estereotípico de jóvenes.

—No me digas que tú nunca las hiciste...—Tim le insinuaba a modo de broma.

Pronto todos abordaron a sus respectivos camiones; ahora cambiaron de lugar, puesto que los estudiantes del paseo, habían hecho nuevas amistades. Suemy, Maney, Iker y Tim se sentaron juntos en la parte trasera del camión. Mara y Derek se sentaron junto a sus amigos, rodeados de colegiales como siempre; todo volvía a la normalidad. Al tomar asiento, a pesar de que iban juntos, ninguno de ellos habló en lo que restó del camino...

Memories 1 Inicia el viajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora