2.12 Como nunca te había visto

30 5 1
                                    

Al mismo tiempo, Zuley se encontraba en la plaza roja muy pensativa. «No quise romperle la nariz a Estrella... ¿Qué haré ahora? Ya pasaron días y todavía no me hablan. Seguramente querrán que les pague el doctor pero no tengo dinero ahora... Mis padres no me han depositado y viven muy muy lejos de aquí como para pedirles...»

— ¿Qué haces tan mortificada?—Ella sintió una mano que acariciaba su espalda con suavidad.

— ¡Derek!—Se sorprendió al voltear y se apartó con rapidez, asustada y con nerviosismo.

— ¿Qué te pasa?

— ¡Nada, me asustaste!—Discutía enseñándole la lengua.

—No fue mi intención, pero es que hoy te vi muy sola. Quise pasar a saludarte. —Se justificaba alzándose de hombros.

— ¡Ah! Pues... Gracias, creo...—Le dijo contrariada. « ¿Qué será lo que siento?...»

— ¿Y tus amigas de siempre?... Ya sabes, esas dos que siempre me están espiando...—Le preguntaba con sarcasmo.

—¡¡Ahh!!! Ajajajajaja... —Se reía muy nerviosa. — ¿Cómo te has dado cuenta?

—Siempre las oigo hablando de mí y escucho sus pasos muy cerca. Da escalofríos...

—Ellas son algo extremistas ¡Pero yo no soy así!—Le decía nerviosa. — Yo no te espío... ¡ehh!

—Lo sé...—Le sonrió. —Eres demasiado buena como para juntarte con esas chicas.

—Derek...—Zuley empezaba a sentirse confundida hacia la manera de pensar acerca de sus amigas. —Yo... Hace unos días le rompí la nariz a una de ellas cuando le aventé una almohada jugando y no me quieren hablar más. Creo que debería enmendar mis errores...—Juntaba sus dedos meñiques.

—Yo les rompí los hombros, los brazos y las piernas a casi todos los jugadores de futbol americano cuando entrenaba. Por eso lo dejé. ¿Entiendes lo que quiero decir?—Se sentaba al lado de ella.

—No.

—Por lo visto tenemos una fuerza muy grande y si no sabemos controlarla podemos lastimar a quienes apreciamos, debes tener mucho cuidado. Si son tus amigas deberían entender que no lo hiciste apropósito.

—Los que jugaban contigo... ¿Volvieron a hablarte?—Le preguntó con gran interés.

—No. Por eso hay mucha gente en esta escuela que me tiene miedo.

—Pero tú tienes muchos amigos, yo lo he visto...—Se confundía.

—Esa gente es mi fanática, no mi amiga. No te equivoques Zuley, los amigos no es la gente que te venera, te habla de banalidades, te teme y te acosa... Los hombres que se juntan conmigo lo hacen porque quieren ser populares, quieren que la gente los adore y se quieren sentir lo máximo o yo qué sé... Los verdaderos amigos son los que están ahí sin importar qué pase... Y los que te quieren por cómo eres, no por quien eres.

— ¿Estás diciendo que mis amigas no son mis amigas?—Le preguntó pasmada y triste.

—Yo no lo dije...—Le insinuaba. —Fue un accidente y si no pueden comprenderlo, me parece que las del problema son ellas. Por cierto, quizá se contenten contigo si ven que estamos hablando jajaja.

— ¿Tú crees?—le preguntó casi con ganas de llorar. —Ahora que lo dices... Había pensado que ellas ya no eran las mismas conmigo pero... Me hablan mucho mejor desde que tú y yo nos hablamos y así...

—No hay una prueba más grande que esa.

—Que feo se siente descubrir que no tienes amigos...

—Pero sí los tienes... —Se acercó, tomando su espalda.

— ¿Eh?—Se quedó atónita, y se ruborizó cuando sintió a Derek tan cerca de ella.

— ¿Por qué no vas al edificio sur y echas un vistazo? Seguro que cuatro pequeñines se alegraran mucho de verte. —Le sonrió dulcemente. —Y a lado tuyo, tienes a una quinta persona...—Zuley entendió lo que Derek quiso decirle, ella sonrió y comentó en un tono bajo:

—Gracias, ya me siento mejor. Tienes razón en todo lo que has dicho, perdóname porque yo creí que eras una persona completamente diferente. —Su cara estaba completamente roja de vergüenza.

—No hay problema, no se puede juzgar un libro por su portada...—Le sonreía.

—Sí. —Ella sonrió apenada. Los dos se separaron— ¡Por cierto! Ahora que mencionas lo de esos cuatro...—Recordó la controversia de Iker.

— ¿Qué pasa?— Preguntó serio.

—Yo pienso que Iker es gay...—Le decía muy seria.

— ¿QUÉEE?—Estaba completamente estupefacto, gritando su pregunta.

Memories 1 Inicia el viajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora