3.4 Malas amigas

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Clase de hotelería....

—Formen equipos de cinco, van a exponer acerca de la clasificación de los hoteles, es para ahorita. —Como era costumbre, las exposiciones sorpresa que valen mucho... — ¡Nadie haga equipo con Mara!—Comenzó a gritonear Isabel. En el salón, era muy normal que todos hicieran ruido y relajo, pero con ese comentario todos se callaron. Zuley quedó perpleja ante aquella agresión verbal.

—Señorita, por favor deje de estar de envidiosa. —Calló la maestra. Y aunque algunos rieron por eso, no evitó que en el salón comenzara la controversia y la habladuría, los hombres no hicieron caso hacia lo que Isabel había gritado y le pedían a Zuley que hiciera equipo con ellos.

—Jejeje no puedo hacer equipo con todos...—Sonreía como siempre, y acariciaba su cabeza tratando de ser amable con quienes no se dejaban llevar por aquellos comentarios, mientras que Isabel y Estrella esparcían los chismes con las mujeres.

—O sea nos corrió de su casa porque se le dio la gana, se puso loca y de pronto ya estábamos fuera. —Todo eso pasó desde que prefirió juntarse con unos pubertos tontos que nada más la volvieron una berrinchuda de primera. —Nosotras no le hicimos nada además, ¡Ella es una brusca! Tiene una fuerza descomunal. —Sí es cierto. —Será muy bonita, pero es una idiota, la verdad los hombres solo la usan, porque nadie la quiere. Pero nosotras habíamos sido buenas y no le quisimos decir nada. — ¡Sí! Hasta creen que alguien va a quererla de veras. A los hombres le gusta su cara, de ahí en fuera nada. —Por eso no le hagan caso. Solo es una zorra incomprendida. —Ajá, ella cree que nosotras somos las del problema pero....

Entre tanto murmullo, aparentemente ni la maestra ni los hombres podían escuchar la plática de las mujeres, pero Zuley lo escuchó como si estuviesen a su lado. No pudo contener sus sentimientos que eran varios: rabia, tristeza, frustración, enojo, ira, desilusión. Tenía muchas ganas de llorar.

—Profesora ¿puedo salir? Por favor...—Le pidió en un tono muy apagado, dirigiéndose al escritorio de la maestra.

—Sí, pero recuerde que ya casi acaba el espacio para preparar su exposición...

—Sí...—Asintió y salió del salón, sin aguantarse las ganas de llorar, sus lágrimas comenzaron a caer de repente, cubrió su boca y se aproximó a las escaleras para bajar hacia el kiosquito. «Soy una estúpida...»Lloraba en silencio. Se limpió sus lágrimas y alzar la mirada, se encontró con que Iker rondaba cerca de por donde ella estaba. «Genial, iré a saludarlo. Quizá me levante el ánimo...» — ¡Hola Iker!—Caminó hacia su amigo, alzando la mano para saludarlo.

— ¡Hola! Tienes cara de que estabas harta de tu clase Jajaja. — Iker respondió su saludo. — ¿Qué te toca?

—Hotelería, pero...—Se limpiaba el ojo. —Más bien parecía clase de horror. —Comentó con una sonrisa.

— ¿Y eso?—Preguntó de forma curiosa.

—Ya sabes, problemas estúpidos con gente estúpida que no vale la pena. —Cambió sus ojos por unos de fastidio, y con eso Iker pudo entenderlo todo.

—Isabel y Estrella...

—Sí, ahora están diciendo muchos chismes de mí. —Se soltó a llorar. — ¡O sea dicen que soy una loca brusca y zorra!

—Wow te dieron con todo. —Se sorprendió de escuchar tales acusaciones, pero también le provocaban una leve risa que Zuley privó al mirarlo de manera molesta. —Pero ya no estés triste. —Le sonrió, y su voz cambió a ser más seria. —No es bueno sentirse así...

—Sí, bueno... A veces es imposible no sentirse así. —Bajó la mirada.

—Lo sé. Pero debes ser optimista...Si estás alegre todo se verá mejor. ¡Créeme!

—Pero es que me duele... —Seguía llorando.

—Todos los dolores se calman en algún momento. Sólo hay que ser pacientes y ponerle un curita a la herida. —Iker trataba de metaforizar, sus ojos brillaban, diciéndole a Zuley con mucha ternura y acariciando su cabeza.

—Gracias Iker, eres muy lindo.... —Por fin Zuley sonrió un poco, sus mejillas enrojecieron y abrazó a Iker en señal de agradecimiento.

—...Gracias. —Respondió sobando su nuca y mirando a otro lado muy abochornado.

— ¡Eres un menso! Si te abochornas con cualquier chica, ¿Cómo le harás cuando estés con Suemy?—Le preguntó intrigada.

— ¡No lo sé! Pero parece que a ella le gusta Tim...—Se puso triste al mencionarlo.

— ¡Ay por favor! No estás seguro de eso. Además, tienes que hacer la lucha, ¡Vamos!—Zuley le dio una palmadita en la espalda a Iker para animarlo, pero el impacto lo hizo caer.

— ¡Auch! Pegas muy fuerte...—Se levantó sobando su espalda.

—Lo siento. —Se disculpó ayudando a Iker a pararse.

—Está bien. Estoy acostumbrado a los golpes bruscos.—Reía con un poco de trabajos.

—De verdad lo siento. No era mi intención...

—Te dije que está bien, no tienes por qué preocuparte, soy mucho más resistente de lo que parezco.—Sonrió.

—¡Me alegra mucho!—Ella también le sonrió, siguieron caminando, olvidándose por completo de las clases restantes, de las exposiciones o de otra cosa que no fuera buscar sentirse mejor...

Memories 1 Inicia el viajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora