Capítulo 22

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-¡Cómo qué se escapó!- gritó Simon.

-¡No se!, la directora me acaba de llamar para informarme- dije saliendo de la cabina de grabación.

-¿En donde estás?- preguntó.

-En la disquera.

-Voy para allá, dame 10 minutos y vamos a buscarla.

-Okey. Aquí te espero- dije y colgué.

Caminé por un largo pasillo hasta entrar a la sala de juntas, tomé mi bolso del perchero y volví a salir.

-Adele ¿qué pasa?- preguntó Jonathan tomándome del brazo, ni siquiera me había dado cuenta que estaba tras de mi.

-Me tengo que ir- dije sin siquiera mirarlo, me solté de su agarre y seguí caminando. 

-¡Alto ahí Adele!- exclamó y me detuve inmediatamente. -¡Me vas a decir de una vez por todas que es lo que sucede!- voltee a verlo y por su expresión supe que estaba muy enojado.

-Jonathan- suspiré tratando de mantener la calma. -Disculpame, pero tengo un gran inconveniente con Victoria, me acaban de llamar de su escuela y me tengo que ir de inmediato, te juro que lo compensare luego.

-¡Llevas diciendo lo mismo toda la semana Adele!- dijo fastidiado. -¡A este paso ese álbum estará listo dentro de un siglo!

-¡Pues entonces estará dentro de un siglo!- grité y me miró sorprendido. -Me voy de aquí y ni tú- lo señalé- ni nadie en esta disquera me lo va a impedir.

Me di la vuelta y caminé hasta la salida. Simon me estaba esperando en frente dentro de la camioneta. Subí hecha una completa furia y para emparejar la situación Simon estaba igual.

-¿En donde crees que esté?- preguntó sin quitar la vista del frente.

-Debe de estar en casa- contesté. -No creo que tenga otro lugar donde ir y menos a esta hora. -miré el reloj de mi muñeca y marcaba las 10:50 am.

En menos de 15 minutos llegamos, bajé rápidamente mientras buscaba las llaves en mi bolso.

-Victoria- dije en voz alta cuando entré. Al no obtener respuesta subí a su habitación la  cuál estaba vacía.

Busqué por todos los rincones de la casa al igual que Simon pero no había rastro de ella. Saqué el teléfono del bolsillo de mi abrigo y la llamé varias veces, en ninguna tuve éxito, todas me mandaban directo a buzón de voz.

-¡Maldición!- gritó Simon entrando a la sala. -Le pregunté a los empleados si la habían visto pero ninguno tiene idea. -se sentó en el sillón más grande tomando su cabeza entre sus manos.

-Tenemos que mantener la calma y pensar con cabeza fría.- me senté a su lado- Victoria casi nunca salía de aquí y si lo hacía al único lugar que iba era al centro comercial y a... ¡tu casa!.- dije y Simon me miró sorprendido.

-¿Crees que este allá?- preguntó poniéndose de pie.

-¿Le diste algún juego de llaves?

-Sí, tenía uno y ahora que lo pienso nunca se lo pedí de vuelta.

-Nada perdemos con ir.- dije y salimos de casa.

Durante el camino ninguno dijo nada, estaba hecha un manojo de nervios, rogaba porque mi hija estuviera ahí; de lo contrario no tenía idea de donde más buscarla.

-¿No puedes ir por otra calle?- pregunté al ver el extenso tráfico frente a nosotros.

-No, esta es la única que conduce a mi antiguo fraccionamiento- contestó Simon golpeando el volante.

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