Capítulo 27

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Narra Victoria

El sonido incesante de una... emmm creo que de una alarma me despertó. Trate de abrir los ojos con rapidez, pero se me hizo casi imposible; sentía mis párpados pesados, tal como si hubiese dormido por años.

Parpadeé un par de veces tratando de aclarar mi vista, puesto que se me hizo muy extraño que lo primero que vi al despertar fue un techo blanco con una bombilla de luz pálida en el centro. Levanté mi mano izquierda y al ver una gran aguja en mi mano con una manguera conectada a una bolsa de suero me asusté.

Traté de levantarme, pero un fuerte dolor en mi cabeza me hizo caer nuevamente sobre la dura cama provocando que el dolor aumentara, solté un sollozo y comencé a mover los brazos desesperadamente; no lograba recordar muy bien como había llegado aquí. Cuando quise mover las piernas no podía, algo me lo impedía. Ignorando el dolor de mi cabeza la elevé un poco y pude ver a mi mamá durmiendo sobre ellas.

-¿Mami? Mami despierta- dije moviendo su mano.

-¿Qué... qué paso?- dijo poniéndose de pie completamente desorientada.

-¿Mamá, qué hacemos aquí?- en cuanto hable ella me miró y abrió mucho los ojos.

-¡Vic... mi amor, mi pequeña hermosa!- se abalanzó sobre mi y tomo mi rostro entre sus manos llenándolo de besos.- ¿Cómo te sientes?- preguntó.

-Me duele mucho la cabeza- dije sintiendo como el dolor se extendía por mi frente hasta mis oídos. Las lagrimas empezaron a rodar por mis mejillas, el dolor se estaba volviendo realmente insoportable.- ¿Qué hacemos aquí?- pregunte tratando de recordar que había sucedido.

-¡No llores mi vida, eso hará que te duela más!- secó mis lagrimas y me observo con sus ojos aguados.- Ayer te desmayaste en el colegio ¿te acuerdas?- asentí recordando que estaba en la biblioteca acomodando unos libros cuando no supe más de mi, tenia recuerdos muy vagos de cuando me trajeron al hospital.

De repente recordé la pregunta que me hizo mamá... si me había cuidado cuando estuve con Alex, tal vez esa sea la razón por la cual este aquí ¡Bruta, bruta y más bruta!

-¿Estoy embarazada?- pregunté de repente y ella negó. Sentí alivio al saberlo, no me imagino de mamá y mucho menos de un hijo del idiota de Alex.

-Creímos que era eso- dijo seria. –Después discutiremos eso- puso una toallita húmeda sobre mi frente para que así se disminuyera un poco el dolor.- El doctor nos dijo que tienes anem...

-Buenos días- dijo un hombre alto con una bata blanca puesta encima de un traje.- ¡Ya despertaste Victoria!- dijo y cerró la puerta tras de él.

-Sí, ya lo hizo- dijo mi madre y le dedico una sonrisa, se levantó de la silla dándole espacio al doctor para que me examinara.

-Muy bien, Vic. ¿Te puedo llamar así?- preguntó y asentí.- Soy el doctor Beckham ¿Cómo te sientes?

-Me duele mucho la cabeza, doctor- cerré los ojos y deje caer las últimas lágrimas que estaba reteniendo, intenté levantarme pero él me lo impidió.

-Tranquila, vamos a ver. No te puedes levantar, aun sigues muy débil; si te parece puedo subir un poco la cama para que no estés acostada todo el tiempo- tomó un control remoto en sus manos y apretó unos botones, la cama se elevó un poco en el respaldar.

-Gracias- dije y me sonrió. Camino hasta una maquina que estaba a mi costado izquierdo y anoto en unas hojas, lo que decía en la pantalla.

Tomó mi pulso, mi tensión y en el suero puso un medicamento para que el dolor de cabeza desapareciera. También me quitó la molesta manguerita que me ayudaba a respirar de mi nariz al darse cuenta que lo podía hacer sola.

Best  For LastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora