Capítulo 23

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Narra Simon

-¡Está es la última vez que nos faltas al respeto de esta forma Victoria! ¿entendido? - grité y ella asintió con la cabeza.

Vi su rostro, estaba más pálido de lo normal y lleno de lagrimas. No pude evitar sentirme como un canalla por haber golpeado de esa forma a mi hija; siempre estuve en desacuerdo cuando Adele lo hacía. Y ahora que ella lo dejó atras llegué yo a reemplazarla ¡Soy un gran idiota!, debi de hablar con ella en vez de golpearla, se que lo que hizo no fue correcto, pero no era para tanto ¡Mierda, mierda y más mierda! 

-Hija...- alcancé a pronunciar antes de que un fuerte grito de Adele me interrumpiera. Salí corriendo de la habitación y la encontré a media escalera.

-¡Simon!- gritó llorando. Sentí como mi corazón se rompía en mil pedazos al ver sangre en su pantalón y su mano. -Ayúdame, no quiero perderlo.- dijo y apretó fuertemente su mano en el barandal de la escalera.

Bajé unos cuántos escalones y la tomé delicadamente entre mis brazos; estaba petrificado, no sabía que hacer. Grité con todas mis fuerzas llamando a Peter y él llegó de inmediato, me ayudó a subirla a la camioneta y rápidamente nos llevó al hospital.

-Tengo miedo- dijo Adele sollozando.

-Tranquila mi amor, todo va a estar bien.- dije tratando de convencerla y de convencerme a mi mismo de que así sería.

Llegamos al hospital en menos de diez minutos, rápidamente unos enfermeros junto con un doctor salieron a resivirla.

-¿Adele?- preguntó el doctor detallandola.

-Sí, soy yo doctor- contestó entre lagrimas. -Mi bebé- dijo y le mostró su pantalón y su mano.

-¡Rápido, al área de ginecología!- ordenó el doctor y los enfermeros lo obedecieron de inmediato.

La tomé de la mano y ella la apretó fuerte mientras corriamos por los pasillos. Su rostro estaba pálido y con unas ojeras enormes. Podía ver como su pecho subía y bajaba con cada sollozo.

Cuando llegamos al área de ginecología me permitieron entrar con ella, lo cual agradecí infinitamente, no quería dejarla sola en ningún momento.

Mi teléfono empezó a sonar y logre ver en el identificador el número de Victoria; no le contesté, no era el momento. Lo puse en silencio y me concentre en lo que el doctor estaba diciendo.

-Muy bien Adele, cuéntame que fue lo que pasó.- dijo mientras se ponía unos guantes de látex.

-Estaba subiendo... las escaleras.- sollozo y respiro profundo para poder continuar.- cuando de repente me dolió mucho la parte baja del abdomen y empecé a sangrar.

-Entiendo.- dijo el doctor prendiendo una máquina extraña que se encontraba a su lado.- ¿Hiciste algún esfuerzo?- preguntó.

-No, doctor.- contestó.

-Muy bien, vamos a revisar qué sucede. No quiero alarmarlos- dijo mirándonos a ambos.- Pero es probable que sea un aborto espontáneo.- Adele miró hacia el techo tratando de reprimir su llanto, tomé su mano y la besé mientras sentía como mis ojos se llenaban de lagrimas.

El doctor subió un poco su blusa dejando su abdomen descubierto, aplicó gel en esa zona y empezó a pasar un aparato por todo su vientre, se concentró en la imagen que mostraba la pantalla por unos segundos que tanto para Adele como para mi fueron eternos.

-¡Ahí está!- exclamó el doctor, señaló una pequeña mancha en la pantalla.- Me da gusto informarles que el pequeño esta en perfecto estado.- presionó un botón y amplió más la imagen.

-¿En serio doctor?- pregunté dejando caer mis lagrimas, que ahora eran de felicidad.

-Sí, el bebé está en perfecto estado. Adele, tienes seis semanas de gestación- ella asintió mirando la pantalla. -Durante esta semana el corazón empieza a latir regularmente, vamos a ver si podemos escucharlo.- presionó otro botón y un pequeño zumbido se escuchó.- Adele soltó un gran sollozo mientras sonreía al igual que yo.

-Doctor, entonces a qué se debe el sangrado- pregunté secando mis lagrimas.

-Eso es lo que vamos a averiguar- dijo poniéndose de pie. -Adele, te haré una colposcopia, es una exploración del cuello uterino para ver si se debe a algún hematoma, que es lo más probable; con cuidado ve a quitarte la ropa y por favor colocate esta bata.- dijo y se la entregó.

-Si gusta puede ayudarla- me dijo y no lo dude ni un segundo. Yo soy experto en quitarle la ropa y no precisamente para que se ponga una bata.

La acompañe hasta el baño y la ayudé a cambiarse, salimos después de unos minutos. El doctor le pidió que se acostara con las piernas abiertas, frunci el ceño cuando se agachó y puso algo en la parte íntima de Adele y para rematar se quedó observando como idiota.

-¿Qué tanto mira?- pregunté fastidiado. No me agrada para nada que alguien que no sea yo esté urgando en lo que es mío.

-¡Simon!- me reprendió Adele y ni siquiera la miré, quería matar a ese tipo.

-Estaba revisando que todo estuviera bien.- respondió quitando su mirada al fin de mi lugar.

-Si... como no.- dije entre dientes.

-Como ya les había dicho, el bebé está en perfecto estado, la hemorragia se dio por un hematoma que se reventó, así que no tienen nada de que preocuparse; lo que si te recomiendo Adele, es mucho reposo, no puedes hacer ningún esfuerzo y tampoco tener cambios bruscos de ánimo, esto puede afectar al bebé y no es lo que queremos debido a que el embarazo se puede complicar.- se quitó los guantes y me miró con una sonrisa ¡Desgraciado!- Quiero que vuelvas en dos semanas para revisar como va todo ¿Okay?

-Sí, doctor muchas gracias- le sonrió y él devuelta. Tenía los celos al límite.

-¡Vámonos!- la ayudé a levantarse, caminamos hasta el baño nuevamente y se cambió.

-Quiero que cambies de doctor.- dije ya en la camioneta.

-Deja de ser celoso Simon.- besó mi mejilla.

-No son celos Adele, ese tipo te quería comer ahí mismo, es que no tiene vergüenza ¡cómo te mira justo ahí de esa manera y más en mi presencia!- escuché como soltó una pequeña risita y voltee a verla fingiendo enojo.

-No te enojes mi cielo.- acarició mi mejilla, tomó mi mano y la deslizó por su vientre hasta llegar a su sexo.- Esta parte- hizo presión y se mordió el labio inferior. -Y toda yo te pertenezco.- susurró.

-Eso espero Adkins... eso espero- dije y volví a precionar haciendo que cerrará los ojos.

-Llegamos- dijo Peter y ambos reimos un poco avergonzados.

Bajamos y caminamos despacio hasta entrar a la casa, la ayudé a sentarse y fui a prepararle un té. Tomé unas galletas de avena de la encimera y las puse en un plato.

-Aquí tienes amor- dije sentandome a su lado; puse el plato de galletas sobre sus piernas.

-Gracias, mi amor- me dio un beso y bebió un poco de té.

Nos quedamos un rato más ahí para luego ir a nuestra habitación. Adele quería tomar un baño, la cargué hasta el final de las escaleras y me adelante un poco para abrir la puerta.

-Mami- la voz de Victoria se escuchó cuando estábamos a punto de entrar a la habitación.

...

Hola hola mis niñas bellas❤
Aquí está el capítulo 23, espero les guste.
Espero sus comentarios. Saben que me encanta leerlos😍
Gracias Siempre. 💕😙

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