Capítulo 28

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-¡Con que quieres hacer travesuras!- exclamó Simon en un susurro mientras mordisqueaba el lóbulo de mi oreja.-¡Tu me lo pediste así que... te voy a coger tan fuerte y tan duro que me vas a pedir que pare.

-¡Cállate y hazlo!- tomé los costados de su camisa y se la arranqué, el sonido de la prenda al rasgarse fue excitante. Los botones salieron disparados por toda la habitacion.

-Veamos, que tanto aguantas- dijo irónicamente, tenia una sonrisa de oreja a oreja.

-Debes darte prisa, mi entrepierna duele- murmuré exhalando sobre sus labios mi aliento cálido.

-¡Yo seré quien te quite ese dolor... o tal vez te dejé con más!- se puso de rodillas sobre la cama y quitó mi pantalón con desesperación.

Subió una de mis piernas y la apoyó sobre su hombro, se lamio los labios mientras miraba mi zona íntima con deseo; yo sentía que me  humedecia cada vez más.

-¡Que inicie el juego!- dijo y se abalanzó sobre mi abriendo mis piernas de par en par. Término de sacar mi blusa y me arrancó el sostén sin delicadeza alguna.

Me tomó de la mano y me ayudó a levantarme; en un movimiento rápido me pegó a la pared y se puso de rodillas. Posó sus manos en mis caderas sobre mis bragas, pensé que las iba a quitar, pero en vez de eso las rompió de un lado y estas solitas cayeron al suelo.

-¡No tendre compasión Adkins, te haré gritar mi nombre una y otra vez!- separó mis piernas y sin dar espera su experimentada boca se adueñó de mi sexo.

Su lengua se movía de un lado a otro provocando que gritara y gimiera sin control; golpeó levemente una de mis rodillas y entedi perfectamente lo que quería, abrí más las piernas y sentí como infiltraba sus dedos en mi interior, apreté su cabello y tiré de el mientras sentía como mis fluidos goteaban por mis piernas.

-¡Ah!-  gemi escandalosamente sin importarme nada. Su lengua y dientes estaban concentrados en mi clítoris. Arqueé un poco la espalda y eso le dio la oportunidad de darme un fuerte azote en el trasero.

Sacó sus dedos de mi interior, pero no detuvo la tarea de su lengua, abrí los ojos y bajé mi vista; con esta acción descubrí la razón por la cuál sus dedos ya no estaban dentro de mi; tenía su miembro erecto en su mano y lo movía de arriba hacia abajo con rápidez.

Mordi mi labio inferior y llevé mis manos a mi cabello para apretarlo mientras disfrutaba de todo el placer que Simon me estaba provocando. Solté un gran gruñido al volver a sentír sus largos dedos en mi interior, los movía en círculos y de adentro hacia afuera en un ritmo rápido.

Atrapó con sus labios por última vez mi clítoris y tras un leve mordisco en el, me hizo venir. 

-¡Oh... Simon!- dije en un gemido y me dejé resvalar por la pared.

-¡Vaya que estas húmeda!- dijo tomándome entre sus brazos.-¡Hasta mojaste el piso!- solté una carcajada y golpeé su hombro.

Me indicó que enrrollara mis piernas en su cadera y así lo hice, se puso de rodillas y pegó mi espalda nuevamente a la pared, se terminó de bajar el pantalón y el bóxer, y en esa misma posición entró en mi fuerte. Levantó con sus manos las mías dejándolas a la altura de mi cabeza.

-¡No bajes los brazos!- ordenó.-¿Entendido?- dijo y asenti.

Soltó mis muñecas y pasó sus manos a mi cintura, la apretó un poco y empezó a embestirme desenfrenado mientras llenaba de besos húmedos mi cuello y clavículas. Pasó su lengua por mi pecho hasta llegar a mis senos los cuales subían y bajaban al ritmo de su movimiento.

Best  For LastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora