Pérdida

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12/11/2023, Fogata, 04:58 AM:

Sentados al rededor del fuego, debatiendo que era lo que me habia pasado desde que llegamos. Ya les había contado todo, sin entender bien. Seguramente era un sueño, algo que mi mente imaginó por culpa de lo ocurrido, pero mis amigos creían que era algo más.

— ¿Y si es una visión o algo así? Alguna pista de algo... Porque, ¿qué sentido tendría todo lo que ella está escuchando? – Alexa intentaba descifrar la incógnita, aún sin resultados.

Alexa, ves demasiados videos por YouTube, ¿sabías? – Esto se lo decía Anna, algo cansada ya que la despertamos con nuestra llegada.

Ella puede tener razón, después de todo lo que vimos no me asombraría que fuera verdad. – Alejo defendía la postura de nuestra amiga.

También podría ser solo su imaginación... ¿n-no? – A Celeste se la notaba nerviosa, seguramente por miedo a que eso no fuese una pesadilla.

Si... Pero es lo menos probable. – Juan respondió apenado.

¿Quién pensaría que mi cumpleaños iba a terminar en esto? – Sonreí, melancólica, para luego poner una mueca de tristeza. – Perdiendo amigos, encontrándonos con cosas raras que nos persiguen...

— Esperemos que termine rápido, porque esto es una tortura... – Nicolas abría la boca después de un largo rato. Sequé mis lágrimas con mi brazo derecho y cambié de tema.

Entonces... ¿Vamos a buscar a Sofia y Franco o nos quedamos?

— Esperemos un poco, estoy cansado de ir y venir. – A Alejo se le notaba en la cara.

Yo igual. – Alexa compartía opiniones.

05:14 AM:

Cinco de la mañana y nadie aparecía, sin rastros ni ruidos. Solamente nosotros en medio de un bosque que daba muchísimo miedo de noche. No sé en que momento se me ocurrió venir a este lugar.

Me estoy muriendo de sueño, si pasa algo por favor despiertenme. – Me parecía raro que Celeste quisiera dormir con lo miedosa que era, aunque seguro estaba agotada.

Tan solo cinco minutos después de que se fuera a dormir algo se escuchó. Eran los quejidos de dolor más estresantes que nunca escuché. ¿Estresante? Si, Franco. Y creo que lo que vi después me traumo muchísimo: Franco, con sangre salpicada en su ropa, la pierna izquierda faltante a partir de la rodilla y la otra con una fractura expuesta, arrastrándose hacia nosotros. Parecía no querer mirar abajo, agonizando de dolor. Venía detrás mio, el instante en que lo escuché giré mi cabeza y lo encontré tirado, sin siquiera fuerzas para articular alguna palabra. Me di vuelta ya que me preguntaban que pasaba y les señalé mis espaldas, tragando saliva. Nicolás, Juan y Alejo corrieron hacia él, Alexa se levantó y buscó el botiquín torpemente. Lucas parecía haber quedado en shock, mientras que Anna se paraba y me abrazaba. Yo tenía una cara de asombro y miedo impresionante. Mi amiga me llevó hasta una carpa y me intentaba tranquilizar, pero yo no emitía gesto o palabra alguna. Sentía como que el tiempo se paraba y los susurros volvían, ocupando cada uno de los lugares de mi cabeza. Ya no escuchaba nada, un pitido me lo impedía, pero mi vista estaba intacta, con lo cual distinguir que el botiquín no ayudaba en nada no era problema. Anna parecía estar cien por ciento concentrada en mí, pero yo hacía todo lo contrario. Estaba más que claro que Franco moriría, no teníamos un hospital en ese pequeño botiquín portátil ni mucho menos, y si aguantaba, no lo haría por mucho.

Dolía, y cuanto dolía, que me sacaran a mis amigos poco a poco, uno a uno, en una noche, en mi cumpleaños. Ya no me alcabzaban las lágrimas para llorar, ni el tiempo para olvidarme de todo.

Y lo vi, lo vi dar su último respiro mientras mis amigos le decían que todo iba a estar bien, vi cuando los miraba a cada uno de ellos y cerraba sus ojos por última vez. Lo vi morir en sus brazos, lo vi... Dejar de respirar para dormir toda una eternidad.

12/11/2023: "No lograrás escapar."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora