A un paso

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12/11/2023, Bosque, 07:00 AM:

Comencé a temblar debido al miedo y a los nervios que sentía en ese momento. Sentía que si no me sostenía a conciencia me soltaría y caería de una manera rotundamente idiota, por lo que decidí centrarme en el sostén que tenía a mi alcance.

Todo ocurrió tan rápido que ni siquiera tuve tiempo para despedirme de todos, provocando que la angustia nuble mi mente. Fue como si mis miedos más profundos se hicieran realidad y simplemente por mi causa.

De repente, gritos desaforados provienen de atrás nuestro, los cuales no logré entender porque no quise. Murmuraba cosas como "todo va a estar bien", "vamos a salir de acá", "lo vamos a lograr" y demás cosas para intentar no escuchar al mismísimo "demonio", supuse que eso me calmaría al menos un poco y lo logré. A medida que mi imaginación volaba, recordando momentos que habíamos pasado juntos, decidí cumplir lo que salía de mi boca y hacerlo por ellos.

Un par de laguimas se escaparon de mis ojos, cayendo precipitadamente por mi cara y siendo arrebatadas por el viento debido a nuestra velocidad al correr. Me percaté de que mi gemela rara bajaba su tono de voz a medida que yo encontraba un poco de paz. Algo de ventaja tenía.

¡Miren!, ¡Veo el fuego, la camioneta tiene que estar ahí! – Maria nos alarmó, haciéndonos saber que eso podría terminar en poco tiempo. Por un momento, una pequeña sonrisa asomó por mi rostro un tanto húmedo, había podido sentir la felicidad después de casi diez horas.

Me sentía libre, a un solo paso de la salida, tanto así que me solté de Alejo, me bajé de él y lo agarré del antebrazo para seguir huyendo de ahí. Obviamente a él, confuso y cansado, le costaba más correr que a todos. Yo tenía que acostumbrarme para poder ayudarlo y a los primeros movimientos ya me dolían hasta los músculos del pie.

Ese último tramo de corrida fue el más difícil para nosotros dos, tenía la esperanza que bajaba y la adrenalida que subía. El ritmo de mi corazón aumentaba con cada pizada que daba al igual que la aterrorizante voz de mi copia. Los sentimientos del principio volvieron e hicieron a mis piernas flaquear. Mi cuerpo comenzaba a fallar mientras presenciaba como Alejo se adelantaba intentando ayudarme, pero me volvía cada vez más débil.

La angustia recorría mi anatomía con delicadeza, cubriéndome poco a poco, de camino a un agujero negro del cual, lo único que vi al final fue (en lo que parecía cámara lenta para mí) como Alejo se daba la vuelta para mirarme con los ojos totalmente llenos de preocupación y sin percatarse de que delante suyo había un árbol imposible de esquivar en ese momento. Intenté advertirle pero lo único que logré fue poner una cara de asombro para después gritar un rotundo "NO", alargando la vocal, mientras cerraba los párpados más fuerte que nunca. Cuando giró su cabeza, ya estaba completamente pegado al árbol, sin tiempo de reaccionar.

Mi tren inferior se movía inconscientemente con la poca fuerza que tenía. Abrí mis ojos unos cinco segundos después de escuchar el impacto con el fin de que no me pasara lo mismo. Mi vista se inundó, aún curiosa por querer ver lo que le pasó a mi amigo, miré hacia atrás encontrándome con lo que no quería ver y llorando cada vez más para que al final una rama me deje una cicatriz en la frente.

Corrí todo lo que pude dándome cuenta de los gritos desesperados que me llamaban por parte de Nicolás, Juan y Maria desde la camioneta. Ya no me importaba el ardor que sentía en la herida sino llegar a tiempo a la Van sin que la criatura extraña me atrape.

12/11/2023: "No lograrás escapar."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora