Excusas

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12/11/2003, Bosque, ¿?:

Me encontraba confundida, perdida un poco en mi alrededor, buscando una explicación lógica a todo lo ocurrido esa noche. Intentaba asimilar las perdidas que había tenido en tan pocas horas. Si me ponía a pensar, es como si mi vida se hubiera resumido en momentos fotografiados ocurridos en un lapso de tiempo bastante corto: los rasguños que tenían los chicos, el cuerpo de Mauricio, cuando vi a Yasmin antes de que esa cosa se la llevara, Sofia perdida, la hora de mi cumpleaños, Franco sin una parte de su pierna, Lucas y Antonella...

Solo recordar todo me daba escalofríos, así que me concentre en saber que mierda estábamos haciendo caminando en medio de un bosque, seguramente a las seis y media de la mañana.

No podía seguir esperando a encontrar la fogata e irnos, aunque seguramente ya se había apagado (no creía que podía resistir tanto). Por suerte los repentinos desmayos se habían esfumado un poco y eso me alegraba aunque sea para no sentirme tan atocigada con todo eso.

Todo parecía haberse calmado hasta que Celeste me arranca del agarre que tenía sobre Alejo estirandome los pelos. Sentía pequeñas puntadas en todo mi cuero cabelludo. No entendía porqué hacía eso y mis gritos no tardaron en escucharse. La tranquilidad que había podido sentir después de los sucesos se había esfumado en tan solo segundos y, encima, por culpa de mi amiga.

Todos se alarmaron y nos miraron sorprendidos. La escena era algo así: Celeste, sosteniéndome por el cabello, Anna, intentando que me quedara quieta mientras ayudaba a la anteriormente nombrada teniéndome por los brazos, yo, en un intento fallido por salir del agarre de estas dos solo consiguiendo dejarles algunos rasguños al raz de la piel, y todos los demás, medio shockeados por la imagen que sus ojos percibían y sin saber como actuar.

¡¿De que mierda te sirve mentirnos?! Admití que estas drogada y cerra la mierda de boca que tenés. – Sus gritos retumbaban en mis oídos de lo cerca que estaba. Solo pude percatarme de que su miedo sobrepasó los límites y no quería aceptar la realidad. Y justamente yo era la única culpable.

Eent-... Entiendo que est-tes as-sustada, pero tenés que calm-marte – Tartamudeaba debido al dolor que sentía. A penas pronuncié la ultima letra, me estiró más fuerte el pelo.

¡JA!, ¿Asustada?, ¡¿YO?! – Dijo para soltar una carcajada – Vos sos la única asustada ahora que sé lo que intentas hacer. No soy una imbécil querida, tengo cerebro y lo uso, sabelo. – No sabía que decirle ante tal reacción, nunca la había visto así y me encontraba aterrada. Sus ojos se movían desenfrenadamente hasta que de repente posó su vista en nuestros compañeros. Anna se dio cuenta de ello y abrió su boca.

Son todos unos inservibles,  ¿saben? Nadie se dio cuenta de lo que dijo Celeste, ella me abrió los ojos mientras ustedes la ayudaban a esta. – Su ira se notaba en cada frase que soltaba y dolía pensar como estaba intentando salvarlos de todo eso mientras ellas pensaban así. Mis ojos los observaban pidiendo "ayuda" mediante ellos.

Paren, esto ya está bien. Da igual si fue su culpa o no y... no está drogada, ¿No pensaron en los rasguños que tengo? Eso es creíble y no sería normal que todos viéramos algo mágicamente. – Juan reaccionó después de horas estando callado, intentando remediarlo.

Él tiene razón, dejen de pensar idioteces. No sirve de nada inventarse excusas para algo que parece irreal cuando no lo es. – Afirmó Nicolás.

C-callense, ¿Intento ayudarlos y así contestan? Me dan asco. – Celeste realmente parecía una loca, parecía que en cualquier momento explotaría y eso no me gustaba nada...

12/11/2023: "No lograrás escapar."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora