12/11/2023: "No lograrás escapar."

Prefería ser yo

12/11/2023, Mi casa, 14:15 PM:

No lograba convencerlos para que me contaran lo que sea que no querían decirme. Cada vez me alteraba más y ellos parecían asustarse debido a ello. Lo único que pude hacer fue que Alexa abriera la boca para hablar, pero los otros dos le impedían a su boca sacar palabra alguna.

Cuando me cansé, un fuerte y agudo grito salió de lo más profundo de mi garganta, haciendo vibrar tanto a mis cuerdas vocales que dolían. Este fue seguido de un suspiro mientras caía al suelo de rodillas. Alexa corrió y me abrazó lo más fuerte que pudo. Por un momento, pude sentirme a salvo; pero a la vez, ella me ocultaba algo, lo que no era del todo reconfortante. De todas formas, le devolví el abrazo con sentimientos de por medio: intentaba transmitirle todo lo que yo tenía en mi interior en ese momento.

Me ayudó a levantarme y me sentó en la camioneta. Me sentía tan abrumada que me era difícil hasta caminar. Habló con los chicos unos cinco minutos y luego se sentaron a mis costados, mientras Juan se quedaba frente a mí. Comenzó a hablar de manera calmada, pero sin saber como seguir:

—  Mirá, sabemos lo mal que estas, pero de igual manera tenés que saber esto... – Un suspiro de su parte inundó el silencio. – Cuando te "desmayaste", – Realizó las comillas con sus dedos índice y corazón. – esa cosa volvió, pero esta vez no nos hizo nada a nosotros. Nos miraba por las ventanas desde el interior de la casa y decía cosas como "Así van a terminar ustedes", o "Cuentenle lo bien que lo hago" y demás cosas sin sentido.

Paró. Paró de hablar para inspeccionarme. Me encontraba en un estado de confusión inmensa, miedo, nervios y un montón de sentimientos más. Me miraba con compasión, sin saber como calmarme. Pero mi problema era que siguiera contando lo ocurrido.

— Seguí, n-no te preocupes.

— Bueno... La cosa es que los ruidos que provenían de adentro de la casa nos alarmaron y quisimos llevarte dentro de la camioneta. El problema fue que el ente golpeó la ventana diciendonos "No la toquen,  van a lastimarla" con esa voz demoníaca que tiene. Te dejamos donde estabas y con miedo nos encerramos en la Van. Esperamos a que todo se calmara, era horrible escuchar los gritos de agonía sin poder hacer nada por ellos. Y... Cuando todo se c-calmó, fuimos a ver lo que había pasado. Vos no tenías ni un rasguño, p-pero... tu casa era un desastre por dentro.

— E-espera... ¿q-quiénes son e-ellos...? – Mis ojos bien abiertos no querían perderse ni una palabra de lo que él decía. El terror corría por mis venas sin intención de que se calmara. Si me afirmaba lo que estaba pensando, podía haberme muerto en ese momento.

— Ellos s-son... T-tus padres. – Mi boca entre abierta demostraba mi sorpresa, aunque pensaba que eran ellos de los que hablaba. Siguió hablando, dijo "los vimos por la ventana e intentamos entrar en la casa y despertarte, pero no logramos ninguna de las dos" y no escuché nada más.

Todo se volvió a poner en cámara lenta. Corrí hacia una de las ventanas de mi casa que daba al living. La sangre esparcida era demasiada para que solo sea de dos cuerpos. La masacre había sido causada por mi culpa, igual que todo lo ocurrido. Mis ojos automáticamente comenzaron a llorar mientras veía el sufrimiento y la desesperación en la cara de mis progenitores fallecidos. Una mano tapó mis ojos y otra intentó alejarme de la escena. Me retorcía y arañaba para que me dejasen, pero solo logré desmayarme después de haber visto la escena más horrible en toda mi vida.

Deseaba haberme muerto antes que haber escapado de ese lugar.