¡Las llaves!

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12/11/2023, Bosque, 07:15 AM:

Logré llegar a la camioneta, pero la cosa que me perseguía me tomó del pie, sin dejarme escapatoria. Movió sus labios pero no emitió sonido alguno, sino que yo pude escucharlo en mi cabeza, pero no en mi al rededor. Se notaba que estaba desesperada junto a su tono de voz grueso. Dijo algo como "No vayas con ellos, son peligrosos". Y los otros tres no lo escucharon, no pudieron. Creo que fue mejor así.

Pude zafarme del agarre en ese momento que se encontraba un poco desprevenida. Todos cerramos a la vez la puerta con todas nuestras fuerzas, a lo que después sentimos y escuchamos un fuerte golpe que dejó una abolladura en ese mismo lugar anterior. Estremecidos y apurados, nos sentamos en cualquier lugar, excepto yo que debía conducir.

Antes de llegar a mi asiento, Nicolás me sostuvo de la ropa. Estaba enojado y podía sospechar el por qué. Alejo había muerto y en gran parte era mi culpa, todo era mi culpa, pero este no era el momento de hablar sobre eso.

Empezó a sacudirme y decirme cosas las cuales poco escuché, algunas eran "¿Qué mierda hiciste?", "Arruinaste todo por completo", "Fue tu culpa que Alejo haya muerto y lo sabes". El agua que brotaba por sus ojos parecía no querer parar. Nunca lo había visto así. Entre Juan y Alexa lo tranquilizaron dejándome libre para poder escapar.

Claro que como nada podía salirnos bien, había dejado las llaves de la camioneta puestas y no se encontraban donde debían. Comencé a desesperarme, buscando en mi asiento y el del copiloto, lo que fue un intento fallido. Para empeorar la situación, los ruidos eran incistentes y Nicolás cada vez se encontraba peor.

- ¿Eu... Q-qué pasa? - Me cuestionó Alexa, aterrada. Le costaba hablar porque el anteriormente nombrado no podía quedarse quieto, parecía estar al borde del colapso.

- Las llaves... No... No están. ¡NO ESTÁN! - Grité lo último con el miedo corriendo por mis venas. No podíamos quedarnos ahí y simplemente... morir. No. Y eso no iba a pasar.

Busqué debajo de los asientos y ahí estaban. Podía ver ese pequeño brillo de esperanza en ellas, algo que me faltó durante toda esta noche.

Había algo que me llamó la atención, y fue que mi otro yo no se fijó en Alejo, pero entendí que él ya estaba muerto y los demás no.

Prendí la camioneta, pero no arrancaba. Sin gasolina. Mierda, mierda y más mierda. En la parte de atrás había un bidón lleno que siempre estaba por precaución, pero si en ese momento salíamos de la camioneta estábamos muertos o al menos eramos carnada fácil.

- Chicos, escuchen, no hay gasolina. Tenemos un bidón en la parte de atrás, pero solo se puede acceder desde afuera. - Giré mi cabeza hacia ellos y les conté el problema. Me encontré con una escena en la que Nicolás se encontraba atado de pies y manos junto con una mordaza en la boca mientras Alexa terminaba de atarla y Juan mantenía cerrada la puerta. Me sorprendí un poco, pero le seguí prestando más atención al conflicto que teníamos. Respiré profundo y pensé una solución. - Necesitamos una distracción desde afuera.

- Yo puedo ir a agarrar el bidón, no las voy a dejar a ustedes que vayan. - Juan se ofreció a lo que yo asentí comprensiva y Alexa lo miró intentando comprender de lo que hablaba ya que estaba muy concentrada en el otro chico para que no molestara. Recapacité en lo que yo había dicho y puse mis ojos en blanco.

- ¿Tenés idea de lo que quiere decir "distracción desde afuera"? - Pregunté irónica para que después Alexa le pegue en la cabeza.

Justo cuando Juan nos miró con mala cara escuchamos un ruido que no provenía de la cosa que quería matarnos, sino de algo más lejano a nosotros.

12/11/2023: "No lograrás escapar."Donde viven las historias. Descúbrelo ahora