Love Live! The Legend Returns

8: ¡Nya Nya Nya!

  Era un jueves algo lluvioso, pero no llegaba a ser una tormenta, por lo que podía soportarse. Estaba un poco fresco, así que cuando todas se encontraron en la estación llevaban abrigos. Al menos no tuvieron que esperar mucho tiempo, puesto que el tren llegó en unos cinco minutos.
  —Estaré bien-zura. —dijo Hanamaru a las chicas, que la miraban algo preocupadas debido a que no era el mejor día para ir.
  —Trata de no tardar mucho —dijo Chika—, quizás la lluvia se ponga peor después.—
  —Me gustaría hacer esto otro día —comentó You—, pero no tenemos opción, Eli vuelve mañana.—
  —Lo sé —respondió Hanamaru—, pero no se preocupen, no tardaré mucho.—
  —¡Ganbaruby! —le exclamó Ruby.
  Hanamaru le sonrió, y subió al tren que partiría a Tokyo en unos segundos. Al tomar asiento, marcó el número de Rin que habían conseguido de Hanayo. Tardó un poco en responder, pero lo hizo finalmente.
  —¿Hola?—
  —Hola, ¿Hoshizora-san? —dijo Hanamaru, conteniéndose y evitando decir "zura" para no sonar extraña.—
  —Sí, ¿Quién eres? —la voz de Rin era alegre, parecía siempre feliz, pensó Hanamaru.
  —Me llamo Hanamaru Kunikida, soy una School Idol, y quisiera hablar contigo.—
  —Está bien, ¿Dónde nos encontramos-nya?—
  —¿Nya? —dijo en voz baja Hanamaru, alejándose del teléfono—, ¿Dijo "nya"? Entonces no está mal si digo "zura".—
  —Kunikida-san, ¿Estás ahí? —dijo Rin, al notar que ésta no respondía.
  —S-sí, lo siento-zura. Estoy en tren, llegando a la estación de Tokyo, estaré allí en algunos minutos.—
  —¡Bien! —exclamó Rin—, te espero allí.—

  Durante el resto del viaje, Hanamaru cerró los ojos, relajada. Estaba feliz de que conocería a Rin, realmente la admiraba y fue ella quien la influenció a ser una School Idol. Tenía tanto que decirle, pero era mejor hacerlo en otro momento, debía apurarse y no volver tarde.
  Al llegar a Tokyo, bajó del tren y empezó a buscarla por la estación. La había visto en fotos y revistas, así que no podía ser tan difícil, aunque cuando la encontró, lucía más madura. No destacaba en su altura, pero conservaba su belleza, su pelo corto, su linda actitud, incluso su pecho había crecido.
  —¿Hoshizora-san? —dijo Hanamaru acercándose a ella.
  —Sí —respondió—, ¿Tú eres Kunikida-san? Eres más joven de lo que esperaba-nya.—
  —Sí, estoy en primer año aún.—
  —¿De qué necesitabas hablar? —preguntó Rin sentándose en una banca cercana; Hanamaru se sentó a su lado.
  —Verás, estoy algo apurada, así que trataré de ser breve. Mis amigas y yo queremos que µ's se reúna. —no pudo ser más directa, pero en serio tenía que apurarse, la lluvia parecía empeorar.
  —No, no, eso es imposible —dijo Rin, sonriendo, como si Hanamaru no lo dijera en serio—, ya llevamos mucho tiempo separadas.—
  —Es en serio, ya hablamos con casi todas, y están de acuerdo.—

  —Creo que pueden hacerlo sin mí, nunca destaqué entre ellas.—
  —Mentira, eres tú quien hizo que me anime a ser una School Idol, llamaste mucho mi atención. Además, µ's son las nueve, si tú no estás no van a ser las mismas.—

  —Lo siento-nya. Además ando algo ocupada como para volver a eso.—
  —¿Mañana puedes venir al aeropuerto? Estoy segura de que aceptarás si hablas con mis amigas. —Hanamaru sabía que el objetivo no era que hable con las demás, pero estaba segura que al ver a sus viejas amigas, Rin querría volver.
  —Creo que sí, pero te aseguro que es imposible que µ's vuelva.—

  —Por favor, sólo habla con ellas y explícales eso, no te molestaré más. —por suerte Rin asintió, y creyó en lo que dijo Hanamaru.
  —Bien, mañana por la mañana nos vemos ahí, Kunikida-san. —dijo Rin levantándose.
  —Claro. —continuó Hanamaru, también poniéndose de pie, para saludar y retirarse.

  En el viaje de vuelta a Uchiura, Hanamaru entendió lo que sintió Riko al no convencer a Umi, es realmente decepcionante, se sentía avergonzada, y no sabía cómo explicarle a las demás su fracaso. Aunque no era del todo un fracaso, ya que si todo µ's se encontraba en el aeropuerto, iban a convencerse entre ellas.
  Tomó su celular y llamó a Chika.

  —¡Hanamaru-chan! —exclamó ésta— ¿Lo lograste?—
  —N-no, lo siento-zura —se sentía realmente avergonzada, pero trató de mejorarlo contando las buenas noticias—, pero aceptó ir al aeropuerto mañana, así que si Kotori convence a Umi, todo µ's estará allí.—
  —Perfecto, ¡Muy bien! —dijo Chika—, ¿Ya estás volviendo?—
  —Sí, estoy en el tren, estaré allí en pocos minutos. —era afortunada al estar volviendo ahora, la lluvia se convirtió en una tormenta, y si tardaba más podía volverse peor.
  —Bueno, nos vemos Hanamaru-chan, buen trabajo. —luego de decir esto, Chika colgó.
  Hanamaru se relajó el resto del viaje. Se sintió bien al saber que lo había hecho bien. Al llegar a Uchiura, se detuvo en la estación, pensando en correr hacia su casa, ya que la tormenta era impresionante.
  —¡Quieta ahí! —exclamó una voz—, ponte bajo mi paraguas, te acompañaré.—
  —¿Yoshiko-chan? —dijo Hanamaru, sorprendida—, ¿Me esperaste aquí todo el tiempo?—
  —¡Yohane! —exclamó ella—, y como dije el otro día, el ángel caído nunca abandona a sus pequeños demonios.—
  —Ya basta con eso-zura —dijo Hanamaru dándole un pequeño golpecito en la frente—, pero, gracias. —y se puso bajo el paraguas.
  Las dos caminaron hasta la casa de Hanamaru, donde se despidieron, y Yoshiko regresó a su hogar. Hanamaru estuvo a punto de pedirle que se quede en su casa, ya que no le parecía bueno dejarla sola caminando en medio de la tormenta, pero Yoshiko se fue muy rápidamente.