Enamorando Al Mujeriego (Libro 2) [Finalizado]

Capítulo 43

Capítulo 43

Emma's POV

Y aquí estaba de nuevo, sentada en la sala de espera del hospital, mientras sostenía un pañuelo en mi mano y sollozaba desesperada, con los brazos de mi hermano a mi alrededor.

¿Porque todo me sucedía a mi o a las personas de mi alrededor? ¿Que le hice yo al universo para sufrir y tener tanto drama en mi vida? ¿Era acaso por mentirle a mi madre cuando pequeña? ¿O por ser mala persona con Scott?

Sabía que este era una clase de castigo que no solo yo estaba viviendo, si no que mi alrededor también. Era el infierno propio que crecía a nuestro alrededor.

La pena y la preocupación me inundaba como nunca antes, esa opresión en el pecho que no me deja respirar con tranquilidad. Odiaba pensar en la manera en la que todo ocurrió, fue todo tan repentino, que aún no lo creo. Me sentía devastada.

Una mano se acomodó en mi hombro para con cuidado y presionó levemente en forma de consuelo. Alce la mirada para observar con tristeza a Ethan quien tomo mis mejillas con aparente preocupación y tristeza. Me sonrió levemente con la idea de tranquilizarme y retiró de mi rostro uno de mis pequeños mechones que habían caído del desordenado moño que me había hecho Logan.

—Hermanita, debes estar tranquila–Murmuró con suavidad. Volvió a sonreírme con sus ojos tristes y depositó un pequeño beso en mi frente–Respira hondo y piensa positivo. Todo va estar bien—. Murmuró con ternura. Se acomodó en el asiento libre que estaba en mi costado y alzó su brazo para apoyarlo con lentitud por encima de mis hombros y envolverme en un pequeño abrazo.

Cerré los ojos brevemente para eliminar las lágrimas que se estaban acumulando en mis ojos y volví a abrirlos. El pasillo del hospital estaba iluminado, sus paredes estaban pintadas en tonos suaves.

Observé brevemente por donde minutos antes habían corridos los paramédicos. Todas las puertas de las habitaciones se encontraban cerradas, sin embargo, el constante murmullo de conversaciones y el sonido de equipos médicos crean un ambiente característico del lugar.

Las lágrimas brotaron sin previo aviso, traicioneras, como gotas de lluvia que caen en un día sombrío. No pude evitar tragar saliva, con la idea de desaparecer aquel nudo apretado en la garganta, mientras la tristeza, como una marea, inundaba una vez más mis pensamientos.

Cada lágrima que desprendía mis ojos, parecía llevar consigo un peso emocional, liberando la tristeza acumulada en su interior. El sonido del llanto resonaba en el silencio, expresando la carga emocional que mi corazón no podía contener.

Mi hermano, quien permanecía en silencio a mi lado, con una mirada ansiosa, me observó con su frente arrugada que reflejaba preocupación.

–Emma, debes tranquilizarte –Murmuró con voz calmada. Esas palabras resonaron suavemente en mi mente, en un intento de instilar calma en medio de la tormenta que estaba viviendo.

–No puedo –Solté antes de volver a sollozar.

Una pesada sensación de culpa se apoderó de  mi, como una sombra inesperada que oscurece la tranquilidad. Cada pensamiento parecía ser un eco acusador, recordándome los errores cometidos en el pasados. El nudo en mi estómago creció con cada recuerdo, mientras luchaba con la autocrítica. Aunque intentaba racionalizar, la culpa persistía, envolviéndola en un remolino de emociones difíciles de ignorar.

—¿Como estas tan seguro de eso, Ethan? La persona que está allí adentro, es la persona más importante de mi vida, ¿Que crees que sería de mi sin...?—. Me interrumpió colocando su dedo índice en mis labios en un intento inesperado de sellar mis labios.