Enamorando Al Mujeriego (Libro 2) [Finalizado]

Capítulo 46

Capítulo 46

Logan's POV

—¡Mierda Ash! No nos puedes hacer esto, todos aquí queremos saber que va a ser mi sobrino. O sobrina. Argh —Bufé rodando los ojos—, es molesto  no saber a que referirme al hablar de tu hijo. O hija. ¡Joder!—. Exclamé cubriendo mi cara con frustración.

Ashley, Luke y Ema solo reían, mientras que mi hermana me repetía por milésima vez las mismas palabras que me había dicho desde que llegó de la matrona.

—Logan, ya te dije que no lo quiero saber aún. Quiero que sea una sorpresa para todos. Ahora, no me jodas más y te pido por favor, ¿Puedes pedir algo para comer? ¿Quizas, pizza? ¿Pollo? ¿O lo que sea?—. Agregó sonriendo inocente mientras tocaba su pancita.

Sonreí con ternura mirándola a ella y a su barriga de 6 meses de embarazo, mientras su novio se apresuraba a llamar a una pizzería. Su barriga seguía siendo pequeña, y casi no se notaba. Aparentaba tener menos meses de los que ya tiene.

Su bipolaridad no ha cambiado, sigue siendo la misma Ashley de siempre, enojona y gruñona. Su embarazo solo empeoró su carácter. Y cada que ella hacía o decía algo que podía repercutir en los demás, culpaba a las hormonas. Aquello nos hacía reír a todos, dado a que ella siempre ha sido de la misma manera. Con o sin embarazo.

No pude evitar sonreír observando a las tres personas que estaban de pie frente a mi, decidiendo que elegir para comer. Ashley y Luke discutían los ingredientes de la pizza mientras que Emma, solo se mantenía cruzada de brazos con una sonrisa divertida.

Emma miró hasta donde yo estaba y se mordió el labio sonriente. Se acercó en breve, aún mirándome fijamente, se sentó a mi lado, y tomó una de mis manos para entrelazarla con la de ella. Esos pequeños gestos me encantaban.

Yo, en cambio, no conforme con tenerla a mi lado y aún así sintiéndola lejos, la tomé fuertemente de la cintura y la senté en mis piernas, sorprendiéndola. Ella soltó una risita y me besó para luego abrazarme escondiendo su cabeza en mi cuello.

—¿Te he dicho que te amo?—. Murmuró sobre mi cuello haciéndome cosquillas. Sonreí abiertamente. Me encantaba hasta las pequeñas palabras que salían de su boca.

—Muchas veces, pero me encanta que me lo recuerdes una y otra vez.— Susurré mordiendo suavemente su hombro de forma divertida. Me miró y acaricio mi nariz con la suya, con aparente ternura y me volvió a besar.

—Aaww—. Escuché a nuestro costado haciendo que nos separáramos y miráramos a mi hermana y mi cuñado, avergonzados.

—No hagan eso, que me avergüenzo.— Dijo Emma sonrojada. Me mordí el labio y la admiré.

La atracción física desencadenaba una mezcla de mariposas en mi estómago y un latido acelerado del corazón. La necesidad de todo el tiempo querer impresionarla y la ansiedad por ser aceptado por ella resultaban abrumadoras.

Nuestra conexión se desarrollaba cada vez más, me sentía con calma y comodidad cuando Emma estaba a mi lado, buscando a cada momento estar bajo su compañía con entusiasmo y valorando cada momento compartido.

Con el tiempo, la relación se consolidaba y los sentimientos se volvían más complejos. El amor crecía, caracterizado por un profundo afecto, respeto y compromiso. La preocupación por el bienestar de Emma se convirtió en una parte integral en mis sentimientos y la sola idea de perderla generaba ansiedad y tristeza.

Amaba como nunca a Emma, la amaba tanto que no podía parar de admirarla en todo momento y ocasión que se presentaba. Ella lo era todo para mí, hasta el final de mis días.