Hermione nunca olvidaría la última noche de brujas que salió a pedir dulces antes de saber que poseía magia. No lo recordaba por la enorme bolsa de dulces que consiguió esa noche, sino por el espectáculo que presencio cuando Roland, el niño de 6 años, hijo de sus vecinos corría desnudo calle abajo con su hermano mayor Rupert persiguiéndole para hacerlo regresar a casa.
La razón por la que Roland había dejado todo pudor y se había aventurado a salir en un estado completo de euforia a tomar el fresco sin nada que le cubriera, fue debido a que le había parecido buena idea gambarse todas las golosinas que recolecto en una sola sentada. Su botín habían sido 8 barras de chocolate, 12 paletas y aproximadamente entre 20 y 30 caramelos de distintos sabores, eso sin contar la bolsa de malvadiscos que tomo del gabinete de su madre y el paquete de galletas con chispas de chocolate que según su hermano también le vio comerse.
El resultado fue un niño de 6 años dopado con altas cantidades de chocolate y azúcar, que no podía estarse quieto ni un instante. Corría de un lado a otro pretendiendo ser un auto de carreras, imitando el sonido de un motor con la boca. Brinco de un sillón a otro hasta volcarlos y después corrió escaleras arribas para seguir brindando en las camas, eso después de subirse a la barandilla de las escaleras y resbalarse por ella varias veces. Después, solo había dicho que tenia calor antes de quitarse la ropa y salir corriendo a la calle gritando como loco.
Para cuando Rupert logro atraparlo, ya había dando 2 vueltas a la manzana y solo lo logro por que el padre de ambos le cerró el paso, acorralándolo. El pequeño Roland no durmió en toda la noche, por el exceso de energía proporcionada por los dulces.
Ahora mientras tenía a Blaise Zabini frente a ella, haciendo un puchero más propio de un niño que de un hombre adulto, Hermione no pudo evitar acordarse de nuevo de Roland. Apretó el puente de su nariz para calmarse y no lanzarle una maldición ahí mismo.
Zabini se estaba comportando como ese niño de 6 años, sobre estimulado por los dulces. Aunque ese fuera el estado natural del moreno, tenían el mismo comportamiento errático y desenfrenado, eufórico e impulsivo, exasperante y ciertamente peligroso, si toman en cuenta que en un mago, sin varita, pero con los pocos escrúpulos y los recursos suficientes como para lograr lo que se propone utilizando a su conveniencia lagunas legales.
-No he hecho magia. –Dijo en un tono inocente, que si la castaña a esas alturas no lo conociera lo suficiente le creería.
-Pero pagaste para que la hiciera. –Acuso levantando el dedo de manera acusadora y apuntando su pecho.
-No la hice yo. –Insistió poniendo ojos de cachorro abandonado.
-¡Por Merlín! Deja de hacer eso.
-¿Hacer que?
-No me mires como si no supieras que lo que has hecho esta mal.
-¿Esta mal ayudar a los muggles?
-Sabes que no me refiero a eso.
-¿Es un error mejor el lugar?
-No. –Pronuncio a punto de perder completamente los nervios.
-Entonces no he hecho nada malo Hermione. –Dijo con aire satisfecho extendiendo sus manos en señal de triunfo.
-El problema es que han utilizado magia.
-Yo no tengo varita, no puedo hacer magia.
-Pero pagaste por ello y por tanto es tu responsabilidad.
-Ellos tienen permisos. –Agrego fingiéndose ofendido.
-Pero tu no tienes el permiso de contratarlos, mucho menos para una obra muggle. Como diablos vamos a justificar a los muggles que de la noche a la mañana ampliaron la construcción del gimnasio e hicieron remodelaciones y ampliaciones en las habitaciones y los baños.
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Amar Es Destruir Y Ser Destruido
FanfictionTenía el corazón roto desde hace mucho tiempo, desde el mismo momento en que supo que Harry estaba verdaderamente enamorado de otra chica. Hasta ese día había guardado ciertas esperanzas de lograr ocupar un lugar especial en su corazón y en su vida...