Pequeña y triste. Demasiado seria para su edad, mantiene la vista fija en su muñeca. Todavía no se atreve a levantar el rostro para ver quien es la mujer que la ha rescatado de sus recientes agresores.
Se deja hacer. Que le limpie con motas de algodón empapadas en antiséptico, los arañazos reciente y las marcas de mordidas que han comenzado a tomar tonalidades moradas en sus delgados brazos. Le duele, pero aguanta. El dolor se ha vuelto un amigo muy cercano, que le ha hecho aprender que es mejor mantenerse callada.
Un largo suspiro la hace levantar un poco el rostro. Se encuentra con unos ojos cálidos, expresivos, y ciertamente preocupados.
-¿Estas bien? –Pregunta mientras limpia un rasguño en su mejilla.
No alcanza a procesar la pregunta Destiny, cuando alguien da una respuesta por ella.
-No habla. –Dice con simpleza la enfermera, un tanto irritada con la joven castaña por hacerla un lado y curar a la niña ella misma.
-¿No habla?
-Tiene aquí dos semana, siempre esta en silencio, no importa cuanto traten de sacarle media palabra, nunca contesta. El Doctor Douglas a dicho que no tienen ningún impedimento físico, lo que solo deja la opción que es un inconveniente psicológico.
Algo en el tono de la enfermera y la manera en como la mira le incomodaba. La dulce sonrisa que mostro cuando las presentaran se a borrado para ser sustituida por una fría mueca indiferente y despectiva.
-Quizás solo se trate de que no ha tenido nada interesante que decir hasta el momento. –Su voz tranquila se hace paso en los oídos de la niña, haciendo que eleve mas el rostro para mirarla con una fascinación curiosa.
Destiny parece interesada. Sus ojos se enganchas a los castaños de Hermione hasta que es consiente de que la mira directamente, se apresura a bajar el rostro para centrarse en su muñeca.
La enfermera sonrió con burla, sin apartar su mirada de la niña.
-Ilumínenos entonces Señora Malfoy. –Sus palabras sacuden a la castaña, incomodándola pero también poniéndola a la defensiva.
Hermione ignoro el tono sarcástico que empleo la mujer, se inclino hasta estar a la altura de la pequeña. Acaricio su mejilla con cuidado, apartando en el proceso un largo mechón de cabello oscuro.
-Tu muñeca es muy bonita, al igual que tu.
No había dejado de acariciarla tratando de aplacar la inquietud que comenzaba a brillar en sus ojos apagados, lo que pudo identificar como miedo. Sin esperar respuesta continúo hablándole suavemente, levantando su barbilla para buscar su mirada.
-Cuando yo era pequeña, tenia una muñeca igual de linda que la tuya, se llamaba Marcella, siempre fue mi mejor amiga, éramos las dos contra el mundo, cuando los días eran grises y todo parecía ir en nuestra contra. –Suspiro.
Hermione se levanto, solo para sentarse a un lado de Destiny y tirar de ella para sentarla en sus piernas. Enredo sus brazos a su alrededor, conociendo muy bien el sentimiento de sentirse perdida. Quería reconfortarla.
Podía ser que ella tuviera unos padres increíbles que siempre le amaron y apoyaron, pero su infancia no fue precisamente fácil, siempre se sintió como el bicho raro, siempre fuera de lugar, tolerando los maltratos y las palabras hirientes de otros niños desde antes de enterarse que por sus venas corría magia.
No recordaba cuantas veces había regresado a casa con las rodillas o los codos raspados, por los empujones que hacían que terminara en el piso, con el rostro congestionado por las lágrimas y un dolor que cimbraba su tierno corazón.
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Amar Es Destruir Y Ser Destruido
FanficTenía el corazón roto desde hace mucho tiempo, desde el mismo momento en que supo que Harry estaba verdaderamente enamorado de otra chica. Hasta ese día había guardado ciertas esperanzas de lograr ocupar un lugar especial en su corazón y en su vida...