Había aceptado muchas cosas en su vida, algunas de ellas más llevado por las circunstancias o las influencias de terceras personas que por convicción propia. Acepto que era un sangre pura siendo demasiado pequeño, sin entender a ciencia cierta si eso era una bendición o una maldición. De esa misma manera tuvo que aceptar que su padre era un mortifago y por ende, el también tenía que serlo.
Cuando todo colapso aprendió a recibir golpe tras golpe, tratando de aparentar que no le importaba que le mirasen con odio y repulsión, con un miedo tan evidente que incluso muchas veces estuvo a punto de echarse a reír de pura histeria, pensando en que, si los demás se dieran cuenta lo acojonado y aterrado que estaba la mayoría del tiempo, lejos de tenerle miedo, le tendrían lastima.
Durante la guerra acepto su destino sin chistar. Después de que terminara y se salvara por los pelos de ir preso, puso tierra de por medio comprendiendo que siempre seria un paria de la sociedad mágica. Reuniendo el poco orgullo que le quedaba empezó de nuevo, con prácticamente nada.
La aceptación le había ayudado hasta entonces, para mantenerse a flote y no hundirse en la desesperación. Pero estaba cansado, simplemente harto de tener que conformarse, de tener que aceptar lo que el jodido destino tenia para alguien como el.
Sí, sabe que siempre llevara a cuestas su pasado, pero estaba cansado de tener que conformarse, la aceptación no siempre en buena. Ya no esta dispuesto a renunciar, no piensa dar un paso a tras ni soltar lo que a conseguido, sin importar que merezca o no la mujer que esta a su lado.
No volverá a permitir que alguien le diga que puede o que no puede hacer, que merece o no merece de la vida.
Hermione no solo sostiene su mano. La firmeza con la que afianza su agarre, la manera en que entrelaza sus pequeños dedos con los suyos, sin mostrarse avergonzada. La confianza que muestra estando a su lado, el brillo desafiante de sus ojos color miel, son suficientes para motivarle a no permitirse aceptar que regresen sus moustros, esos que le susurran que es mejor que acepte dejarla ir.
Sin duda es la dulzura en su mirada cuando ladea su rostro para mirarle directo a los ojos y la sonrisa tranquilizadora que le obsequia, lo que le hace que termine con cualquier debate interno sobre aceptar que es un jodido ex mortifago que nunca será lo suficientemente bueno para ella.
Estaba dispuesto a alzar la voz. Mandando a la mierda a todos esos arrogantes magos y brujas que se creían con derecho de mirarle sobre el hombro como si no valiera nada. Por inercia cuadro los hombros, levantando la barbilla de manera orgullosa, sin notar, que afianzo mas el agarre sobre la mano de su mujer.
Ya tenía todo un discurso que escupirles al rostro a la marabunta de personas que tenía delante juzgándoles. Justo en el momento que sus labios se separaban y tomaba una profunda bocanada de aire para comenzar a hablar, otra voz se hizo escuchar.
-No tengo por que darles explicaciones sobre nuestras vidas o las decisiones que tomamos. Pero por esta única ocasión voy a complacerles, no porque tenga que justificar mi comportamiento de ningún modo, sino por que estoy exhausta, verdaderamente harta de tener que seguir escuchando las mismas estupideces sobre mi marido.
Draco controlo su expresión perfectamente, sin mostrarse sorprendido por la resolución de Hermione. Aunque internamente no se esperaba que fuera precisamente ella que detestaba ser el centro de atención, la primera en alzar la voz.
A un lado de Hermione se encontraba evidentemente incomodo el ministro Kingsley Shacklebolt.
-Le permito a cualquiera de ustedes a que me examine. -Sus palabras eran desafiantes.
Hasta ese momento los murmullos en aquel recinto no habían podido ser contenidos. Se encontraban en una de las muchas salas del ministerio de magia, llevando acabo una rueda de prensa que parecía estarse saliendo de control a momentos.
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Amar Es Destruir Y Ser Destruido
FanficTenía el corazón roto desde hace mucho tiempo, desde el mismo momento en que supo que Harry estaba verdaderamente enamorado de otra chica. Hasta ese día había guardado ciertas esperanzas de lograr ocupar un lugar especial en su corazón y en su vida...