Exhausto, completamente drenado emocional y físicamente permanece en la habitación vacía que antes había ocupado su mujer y su hija adoptiva durante la noche. Aun puede percibir el tenue aroma del perfume de Hermione en el lugar, cierra los ojos olfateando para que sus pulmones se llenen de esa ligera fragancia que le calma de una manera que no sabe describir.
Sentado en la orilla de la cama, parece vencido con los codos apoyados en sus rodillas y el rostro oculto entre sus manos.
¿Dónde están? Se pregunta, maldiciendo una y mil veces al infeliz de Potter por provocar todo aquello. Si tan solo no se hubiera presentado en su oficina un día antes, el hubiera estado en casa para defender a su familia de su desquiciado tío. Y en estos momentos tendría a su mujer e hija a su lado para protegerlas.
Ahora no solo desconocía su paradero, sino que estaba seguro de que Hermione estaría verdaderamente decepcionada. Se le daba mejor lidiar con su enojo, los gritos y reclamos, porque sabía exactamente cómo manejarlos, pero no era así con esa sensación devastadora de saber que le ha fallado.
Se había prometido a si mismo jamás volver a decepcionarla y acababa de fallar estrepitosamente al no estar presente cuando más lo necesitaba.
Tiro de sus cabellos con desesperación, antes de dejarse caer de espaldas contra el colchón dando un grito furioso. Se cubre los ojos con uno de sus brazos tratando de aplacar esas ganas de echarse a llorar como un crio de pura frustración. No sabe que hacer o donde empezar a buscarlas.
Es cuando retira el brazo que sus ojos, clava su mirada en el techo. Trata de calmarse para pensar con la mente fría. Sabes que eso haría Hermione. A partir de ahora todos sus movimientos serian calculados y tendría como fin proteger a sus seres queridos, especialmente a los que se encontraran mas vulnerables. En ese caso seria los padres de la castaña y Destiny.
-Sus padres. -Susurro antes de enderezarse.
Esa tenia que ser su primera parada. Sin perder más tiempo se dirigía al Londres muggle para hacer una visita rápida al hogar de sus suegros. Estaba completamente seguro de que no encontraría nadie en el lugar, pero estaba convencido que de alguna manera Hermione le haría saber dónde se encontraba.
Se apareció dentro de la casa de dos pisos que habitaban los Granger. Solo había estado en el lugar contadas ocasiones; cuando los presentaron formalmente poco antes de contraer nupcias, después de casados por el cumpleaños del Sr Granger y cuando llevaron a Destiny a conocer a sus abuelos muggles.
No se había equivocado al suponer que encontraría una casa vacía. Todo parecía en su lugar, pero todo estaba en silencio, completamente desierto.
A pesar de todo el lugar le resultaba familia. Aunque pequeño para sus estándares había algo en las paredes de esa casa que poseía la calidez que solo puede tener un hogar. Las paredes de gris claro contrastaban de manera perfecta con los colores acogedores de los muebles. Los muros estaban llenos de fotos familiares.
Sin detenerse demasiado en la estancia se encamino a las escaleras, subiendo con sigilo como si tuviera miedo de ser descubierto en su invasión. Llegando al corredor siguió de largo pasando la primera puerta que sabia era la alcoba del matrimonio Granger. Tenía por meta llegar a la habitación que había pertenecido a Hermione.
Recordaba la primera vez que estuvo ahí para ser presentado y pedir la mano de Granger. Después de la cena, habían subido no sin mucha insistencia de parte de la castaña, para conocer sus terrenos. Tras una puerta de color blanco se encontraba una habitación evidentemente femenina. Para su sorpresa y crédito para Hermione no era la típica alcoba infantil, con trazos adolescentes, más bien estaba muy acorde con la personalidad de la castaña.
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Amar Es Destruir Y Ser Destruido
Hayran KurguTenía el corazón roto desde hace mucho tiempo, desde el mismo momento en que supo que Harry estaba verdaderamente enamorado de otra chica. Hasta ese día había guardado ciertas esperanzas de lograr ocupar un lugar especial en su corazón y en su vida...