37- Tengo un problema corbatero.

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Hace tres días sucedió el episodio de la piscina y aún no le he dirigido la mirada ni la palabra a Austin.

Se estarán preguntando como hice si vivimos en la misma casa y duerme del otro lado de la pared de mi habitación.

La razón es que los primeros dos días no ha dormido en la casa y vino únicamente ayer a buscar ropa o lo que sea que pueda llevar en un bolso. Tal vez llevaba un cuerpo y yo no me enteré. Volviendo a donde estaba, gracias a la santísima virgen yo estaba en mi cuarto y únicamente lo escuché. Si, y luego lo vi por la ventana subiendo a su auto. Y hoy no tengo ni idea si es que ha estado en la casa porque anoche Isa me dijo de ir a dormir a su casa y lo hice más que nada para no cruzarme a Austin.

-Sam, ¿Viste mi blusa azul? -me pregunta Isa.

-¿Cual? No tienes una sola blusa azul.

-La que me regaló Ashley mi último cumpleaños. -suspira, cansada de buscar por quien sabe cuánto tiempo y continua revolviendo en el armario mientras yo me mantengo sentada en el suelo jugando con el borde de una campera.

-¿Que te sucede que estás tan callada? -me pregunta.

-Nada. -contesto y continuo con mi reciente entretenimiento.

-Samantha Harries, te conozco y quieres decirme algo. Habla, ahora. -me señala intentando obligarme a hablar.

Tiene razón, en parte quiero contarle porque es mi mejor amiga, pero en parte se que me volverá loca y esa es la parte de mi que se niega a contarle.

-No es nada importante. -nadie dijo que hablaría la parte que acepta contarle.

-Oh claro, no es nada importante pero de seguro tiene que ver con tu labio lastimado. -me replica.

¿Qué? ¿Mi labio? ¿Lastimado? ¿En que momento del beso Austin mordió mi labio? ¿Tan fuera de mí misma estuve en ese momento y en estos días que no lo recuerdo o básicamente ni siquiera me mire a un espejo?

-¿Tengo el labio lastimado? -le pregunto mientras lo toco en busca de la herida.- Igualmente debe ser porque me lo muerdo demasiado. -le digo y comienzo a asentir frenéticamente con mi cabeza.

-Ya se que te has besado con Austin. -canturrea y me mira.

-¿Como sabes? ¿Austin te lo dijo? -le pregunto con los ojos muy abiertos.

-No tonta, tu primo. -rueda sus ojos como si fuera obvio. 

¡Austin no puede ser más idiota! ¡No tendría que haberle contado a Matt!

-Austin no le contó a Matt. El mismo lo vio. -al parecer mi mejor amiga se consiguió la habilidad de leer mentes.

-Maldito. No dijo nada en el momento. -suelto un suspiro.

-Me contó que los vio desde adentro y luego cuando salió ustedes hicieron como que nada sucedió. -me explica- ¡Oh aquí está la blusa! -chilla- ¿Quieres saber las palabras textuales de tu queridísimo primo cuando me lo contó? -Se gira a preguntarme y asiento con mi cabeza. Matt es capaz de decir cualquier cosa- Mi prima y Austin estaban en medio de la noche, en la piscina tragándose uno al otro. ¡Tienen una relación oculta! Deberíamos investigar más sobre el caso.

-Me encantaría saber cómo te aprendiste esa frase. -rio.

-Me pareció tan genial que le pedí que lo repitiera y lo grabé en las notas de voz. Lo tengo de tono de llamada.

-Isabelle Campbell -la señalo amenazadoramente- en ese audio Matt dice que me bese con Austin -y parece que debía escucharme para darse cuenta de la idiotez que hizo, porque su rostro se contrae en una mueca de horror- saca eso ya.

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