Hace tres días sucedió el episodio de la piscina y aún no le he dirigido la mirada ni la palabra a Austin.
Se estarán preguntando como hice si vivimos en la misma casa y duerme del otro lado de la pared de mi habitación.
La razón es que los primeros dos días no ha dormido en la casa y vino únicamente ayer a buscar ropa o lo que sea que pueda llevar en un bolso. Tal vez llevaba un cuerpo y yo no me enteré. Volviendo a donde estaba, gracias a la santísima virgen yo estaba en mi cuarto y únicamente lo escuché. Si, y luego lo vi por la ventana subiendo a su auto. Y hoy no tengo ni idea si es que ha estado en la casa porque anoche Isa me dijo de ir a dormir a su casa y lo hice más que nada para no cruzarme a Austin.
-Sam, ¿Viste mi blusa azul? -me pregunta Isa.
-¿Cual? No tienes una sola blusa azul.
-La que me regaló Ashley mi último cumpleaños. -suspira, cansada de buscar por quien sabe cuánto tiempo y continua revolviendo en el armario mientras yo me mantengo sentada en el suelo jugando con el borde de una campera.
-¿Que te sucede que estás tan callada? -me pregunta.
-Nada. -contesto y continuo con mi reciente entretenimiento.
-Samantha Harries, te conozco y quieres decirme algo. Habla, ahora. -me señala intentando obligarme a hablar.
Tiene razón, en parte quiero contarle porque es mi mejor amiga, pero en parte se que me volverá loca y esa es la parte de mi que se niega a contarle.
-No es nada importante. -nadie dijo que hablaría la parte que acepta contarle.
-Oh claro, no es nada importante pero de seguro tiene que ver con tu labio lastimado. -me replica.
¿Qué? ¿Mi labio? ¿Lastimado? ¿En que momento del beso Austin mordió mi labio? ¿Tan fuera de mí misma estuve en ese momento y en estos días que no lo recuerdo o básicamente ni siquiera me mire a un espejo?
-¿Tengo el labio lastimado? -le pregunto mientras lo toco en busca de la herida.- Igualmente debe ser porque me lo muerdo demasiado. -le digo y comienzo a asentir frenéticamente con mi cabeza.
-Ya se que te has besado con Austin. -canturrea y me mira.
-¿Como sabes? ¿Austin te lo dijo? -le pregunto con los ojos muy abiertos.
-No tonta, tu primo. -rueda sus ojos como si fuera obvio.
¡Austin no puede ser más idiota! ¡No tendría que haberle contado a Matt!
-Austin no le contó a Matt. El mismo lo vio. -al parecer mi mejor amiga se consiguió la habilidad de leer mentes.
-Maldito. No dijo nada en el momento. -suelto un suspiro.
-Me contó que los vio desde adentro y luego cuando salió ustedes hicieron como que nada sucedió. -me explica- ¡Oh aquí está la blusa! -chilla- ¿Quieres saber las palabras textuales de tu queridísimo primo cuando me lo contó? -Se gira a preguntarme y asiento con mi cabeza. Matt es capaz de decir cualquier cosa- Mi prima y Austin estaban en medio de la noche, en la piscina tragándose uno al otro. ¡Tienen una relación oculta! Deberíamos investigar más sobre el caso.
-Me encantaría saber cómo te aprendiste esa frase. -rio.
-Me pareció tan genial que le pedí que lo repitiera y lo grabé en las notas de voz. Lo tengo de tono de llamada.
-Isabelle Campbell -la señalo amenazadoramente- en ese audio Matt dice que me bese con Austin -y parece que debía escucharme para darse cuenta de la idiotez que hizo, porque su rostro se contrae en una mueca de horror- saca eso ya.
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Teen Fiction-Sam, ven aquí. Austin ya llegó. Desde ahí, todo cambió. Tengo mi grupo de amigos de toda la vida, ¿Entendieron eso, no?, MI grupo de amigos. Oh, olvidé mencionar que puedo llegar a ser un poco, tan solo un poco, celosa. Bueno, volviendo a lo que...