46- De seguro está poseido por Matt.

2.1K 110 14
                                    

Escucho el ruido de la puerta de entrada, sin embargo esta sensación horrible continúa. No se que hacer, no encuentro la forma de no sentir más esta opresión que tanto miedo me genera. Mi madre no ha vuelto a la habitación, y Zoey en cuanto escucha el ruido de la puerta baja las escaleras de inmediato, dejándome sola casi muriéndome en mi habitación. Me quejaría e insultaría a todos por dejarme sola en este estado, pero no puedo, no soy yo quien tiene el control sobre mi cuerpo y eso me hace sentir aún peor de lo que me siento.

No se cuanto más pueda aguantar así. No le deseo esto a nadie. Siento como la falta de aire comienza a ser mas notoria y si es posible, me genera aún más miedo. Intento respirar pero me es sumamente complicado, y es como si estuviera en una burbuja, como si estuviera aquí pero al mismo tiempo no estuviera. Escucho ruidos y voces abajo, pero los escucho como si estuviera a kilómetros de distancia. Estoy totalmente entumecida en esta burbuja que no puedo reventar para liberarme.

Ahora es cuando veo a Austin entrar a mi habitación y cerrar la puerta de un portazo. Viene acelerado, lo noto por su respiración agitada.

-Sam, Sam... -lo escucho que repite una y otra vez, sentándose en la cama junto a mi. -Sam, mírame por favor. -pide y alzo mi vista que hasta ahora se encontraba atravesando mis zapatillas para encontrarme con sus ojos verdes mirándome con atención, como si me estuviera examinando. Quiero bajar la mirada nuevamente, pero al notar mis intenciones toma mi rostro entre sus dos manos y me obliga a mantener la mirada en alto.

Quiero hablar, mas no puedo, esta falta de aire no me lo permite, mi tráquea está completamente cerrada, o eso es lo que siento.

-¿Recuerdas la última vez que sucedió esto? -pregunta y asiento levemente. -Bien, aquella vez pudiste hacerlo, así que ahora estoy aquí para ayudarte a que vuelvas a hacerlo. -no espera respuesta por mi parte y una de sus manos que se encontraba sobre mi mejilla, baja hacia mi brazo y lo acaricia levemente- Ahora tratarás de respirar hondo -dice y comienza a hacerlo el también, luego de que él ya lo haya hecho un par de veces, intento hacerlo yo también, pero no puedo hacerlo, se me dificulta considerablemente y Austin lo nota; deja de respirar hondo, cosa que yo debería poder hacer y me mira fijamente a los ojos. Puedo ver mi reflejo en sus ojos verdes y no dudo que el vea el suyo en mis ojos. Trato de descifrar que quiere decirme con esa mirada, que es lo que puedo interpretar que siente a través de sus ojos, pero aún así no logro comprenderlo. No se como logra generarme ese misterio, lo único que se, es que puede notar el miedo que siento. Ese miedo que crece segundo a segundo.

-Lo siento... -lo escucho decir y veo como es él quién aparta la mirada de mis ojos esta vez, igualmente mira mi rostro, pero no lo hace fijamente hacia mis ojos. Se rindió, no puede ser, ¡No puede rendirse! ¿No entiende que no puedo respirar? ¡Tiene que ayudarme! ¡Lo necesito! Mis ojos comienzan a acumular lágrimas que no quiero derramar, sin embargo hay una rebelde que se escapa por mi lagrimal izquierdo, Austin aún me sostiene por la mejilla izquierda, por lo que corre su dedo pulgar y limpia esa lágrima rebelde; su mano aún se encuentra en mi brazo, sosteniéndolo delicadamente. 

-Lo siento.. -repite y sin previo aviso, estampa sus labios contra los míos. Ahora es cuando todas esas lágrimas rebeldes se escapan y comienzan a circular libremente por mi rostro. Puedo sentir en medio del beso el gusto salado de las lágrimas que llega segundos después de que las libero. No sé que ha sido este arranque por parte de Austin, solo sé que lo único que logró que deje de pensar en lo que acaba de pasarme es este arranque. Es un beso lento, cuidadoso, como si temiera lastimarme, es un beso protector. Es todo lo contrario al beso de la piscina. 

Cuando al parecer Austin distingue el cambio, se separa lentamente y vuelve a limpiar alguna lágrima rebelde de mi mejilla. 

-No te enojes, yo te pedí dos veces disculpas antes de hacerlo. -advierte antes de que pueda emitir sonido. En otra circunstancia, hasta me hubiera parecido gracioso, pero ahora lo único que me genera es miedo. ¿Por que hizo eso? ¿Por qué todo me genera miedo? ¿Por qué siento que no soy Sam?

Los Populares Donde viven las historias. Descúbrelo ahora