31- Eres Sherlock Holmes en versión mujer.

2.3K 131 17
                                    

Me despierto y al intentar abrir los ojos los vuelvo a cerrar por la luz que entra por la ventana. Creo que mis ojos se quemaron.

Que extraño que no haya cerrado la cortina ayer.

Aguarden. ¿Por qué me duele la espalda? Y ¿Por qué siento que estoy en un espacio muy pequeño?

Bien, creo que deberé abrir los ojos. Luego de un par de intentos los cuales aprovecho para adaptarme a la luz, me doy cuenta de que estoy en la sala.

Estoy en la sala, para ser más específica en el sofá, donde al parecer dormí con Austin, y no olviden que al parecer alguien vino y nos puso una manta encima.

Aguarden. Vaya, en unos minutos es la segunda vez que lo pienso, creo que se ganó en tiempo récord el puesto a la palabra del día.

Deja de pensar estupideces y concéntrate en lo que acabas de pensar. Tú y Austin durmiendo juntos en el sofá de tu casa. No olvides que alguien los tapó.

Tiene razón, lo último que recuerdo es al protagonista de High School Musical. Y también que un rato antes Austin me estaba haciendo una trenza. Al parecer me quedé dormida, y Austin no se quedó atrás.

Tiene un brazo por mi cintura sosteniendome  mientras que yo le doy la espalda y ahora es cuando le agradezco por hacer eso, porque estoy al borde del sofá. Si no fuera por su brazo de seguro ya estaría en el suelo.

Debo despertarlo, es domingo y no debemos ir a ningún lado que yo sepa, pero quiero levantarme y a menos de que corra su brazo... que estúpida soy.

Intento levantar su brazo pero solo consigo que me agarre con más fuerza.

Bien, el lo buscó. Deberé despertarlo.

Me remuevo en su brazo y logro girarme.

-Austin... Austin... despierta. -le digo y se remueve.- Vamos, Austin despiértate.

-Mmhm...

Al menos conseguí algo de su parte.

-Austin, vamos. ¿Holis?

Abre como puede sus ojos, me mira con estos entrecerrados y sonríe.

-Hola. -me saluda pestañeando continuamente para acostumbrarse a la luz.

Vaya, recién ahora me doy cuenta de que nuestros rostros están muy cerca. Con un leve movimiento podríamos besarnos. Siento como mis mejillas están más calientes y de seguro están más rojas que un tomate. Últimamente me estoy sonrojando más de lo que me gustaría. ¡Pero que estupideces estoy diciendo!

-¿Podrías soltarme? -le pregunto. Creo que soné muy brusca- Es que quiero levantarme, pero tu brazo...

-Ya entendí, mandarina. -me dice y corre su brazo. Me siento y lo miro aún acostado en el sofá.

-¿Seguirás durmiendo o vendrás a desayunar? -le pregunto.

-Voy a desayunar, no creo que pueda volver a dormirme. -bosteza.

-Bien, vamos. -digo parándome.

Voy hasta la cocina y cuando iba a buscar la leche en la heladera suena el timbre.

-¡Yo voy! -me grita Austin desde donde sea que esté.

Ahora sí tomo la leche y dos tazas.

-Ho... ¿Que le sucedió a tu cabello?-  escucho la voz horrorizada Ashley.

Me doy vuelta para mirarla.

-Hola, ¿Que tiene mi cabello? -le pregunto y vuelvo a girarme para continuar con lo que estaba haciendo.

Los Populares Donde viven las historias. Descúbrelo ahora