59- ¿Hubieran vivido toda su vida en una mentira?

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No hicieron falta mas palabras por parte del desgraciado para que Luke volteara a molerlo a golpes. O a que lo haya intentado, porque luego de dos puñetazos y alguna que otra patada por parte de mi amigo, el maldito comenzó a devolverle los golpes y allí fue cuando Austin fue a sacar a su primo de aquella situación.

No lo consiguió. Al contrario, recibió golpes por parte de los dos esta vez.

-Un hospital no es el mejor lugar para una pelea. -suspira una enfermera, mientras cura un corte en el pómulo derecho de Luke.

-¿Cómo que no lo es? Las tenemos a ustedes a menos de diez metros por si nos sucede algo. ¡Ay! -habla Austin hasta que otra enfermera limpia una herida de un aparente forcejeo en su antebrazo.

-Pero están yendo en contra de la tranquilidad que debe existir en un hospital para que todos los pacientes puedan mejorar su salud. -me cruzo de brazos y los miro a ambos, pareciendo una madre que está regañando a sus hijos.

-Me gusta esa pose de madre enojada en la que estás. -me giro cual el exorcista hacia Austin y lo fulmino con la mirada- Si, y ahora me gusta más. -suelta una pequeña risa.

-Relaja... bueno, tu ya sabes qué relajar. -Luke le habla liberal y no puedo evitar pasar mi mirada de uno a otro y de una enfermera a la otra, esperando que huyan de esta conversación poco normal.- Recuerda que no tengo por qué escuchar ese tipo de cosas, primo.

-Disculpa, ¿Estás con ambos? ¡¿Con dos primos?! -la enfermera que atendía a Austin me observa de arriba a abajo y yo coloco una mano en mi cintura y arqueo una ceja. ¿Me está hablando en serio? ¡Enfermera metiche!

-Hazme el favor y retirate, esos temas no te incumben. -el tono de mi voz se vuelve más frío de lo normal y mi rostro refleja esa frialdad.

-Pero...

-Pero nada, ¿Acaso no terminaste? dejame a mí, ya he hecho esto un par de veces. Camino hacia donde ella está de pie y espero a que me dé el algodón y la bandeja dónde está el desinfectante.

-No puedo dejar al paciente sin haber terminado. -habla. La miro con cara de Really bitch?

-Lo digo de verdad. Me pueden sancionar por eso. -¿Estoy viendo bien o sus ojos se están cristalizando?

-Termina cuanto antes, y vete. -camino alrededor de la cama para volver a mi asiento, justo en medio de ambas camillas.

-Sam...

-No voy a tranquilizarme Austin. -espeto.

-No te iba a decir eso, déjame terminar. -habla paciente y me transmite aunque sea solo un poco de su paz.

-Dime. -hablo con un poco menos de histeria.

-Acercate.

-Te están curando, no puedo acercarme más porque sino le tapo la luz a la enfermera. -a la enfermera que insinuó que era una zorra que salía con ambos al mismo tiempo y que además son primos, y quién sabe si tambien estaba con otros chicos. No me importaría obstruirle la luz, pero podría hacer algo mal sobre Austin y eso no es algo que quiero que suceda.

-De todos modos, ya terminé. Sigue estas recomendaciones...

-Yo lo hago por tí. Mejor sal de aquí. -la enfermera que aún cura las heridas de Luke, debido a que fue quien recibió más golpes, salva a su compañera de un posible ataque de furia por mi parte en cualquier momento.

-Está bien. -se quita sus guantes de látex y los lanza al cesto de basura junto con las gasas y trozos de algodón que uso en las heridas de Austin para luego salir de la habitación.

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