Los Mundos Mágicos de Harry Potter: Mitos, Leyendas y Datos Fascinantes.

¿Por qué admite Hogwarts a los Slytherins?

El escritor Picor Iyer, quien estuvo interno en dos colegios británicos (Dragon School y Eton) dice que <<gran parte del universo de Harry Potter me resulta familiar>>:

Aquí están todos los ritos que recuerdo tan vívidamente como las grageas de limón: la críptica lista de instrucciones que nos llegaba por correo, describiendo lo que debíamos, y lo que no debíamos, llevar al colegio (normas que pretendían no tanto instaurar el orden cuanto imponer obediencia); el desplazamiento a tiendas viejas y polvorientas con apellidos decrépitos -<<New & Lingwood>> o <<Alden & Blackwell>>-, donde viejos tenderos nos proveían del uniforme y el material aprobados, como habían hecho con nuestros padres y con los padres de nuestros padres; el tren escolar especial que aguardaba en una estación de Londres para transportarnos a nuestras celdas. En cuanto las puertas se cerraban a nuestras espaldas, sabíamos que nos hallábamos en una realidad alternativa que no se regía por las normas corrientes...

Cabría incluso decir que cuanto más extraños son los detalles en el mundo de entorno cotidiano que nos parecía igual de horrible. Harry juega al quidditch, un deporte peculiar donde hay <<bludgers>>, <<cazadores>> y <<quaffles>>; nosotros teníamos tres brutales deportes que no se jugaban en ningún otro colegio; en el más violento, también usábamos nombres peculiares y no marcamos ningún gol oficial hasta 1909. En el colegio de Harry, enigmáticamente, <<el pasillo del tercer piso del lado derecho está fuera de los límites permitidos>>: en Eton, nos estaba prohibido caminar por un lado de la calzada principal cuando íbamos a la ciudad (por motivos que no nos decían). En cuanto a los fantasmas, comíamos, dormíamos y estudiábamos rodeados de bustos y retratos, y de las firmas garabateadas en los pupitres de [los primeros ministros británicos] Gladstone, Wellington y Pitt el Viejo.

No obstante, algunos dicen que Hogwarts es muy distinto a la mayoría de internados. Es agradable: la comida es deliciosa y Harry duerme en una cama adoselada. Es permisivo: aunque la desobediencia puede costarle a una casa varios puntos, los profesores perdonan con facilidad. Por encima de todo, Dumbledore lo ha convertido en un lugar donde reina la justicia.

Siendo el colegio tan agradable, cabría preguntarse qué están haciendo allí los Slytherins. Aparentemente, todos los problemas empiezan con un Slytherins. Parece que no haya ningún alumno decente en esta casa. Su filosofía se asemeja mucho a la tenebrosa doctrina que Quirrel expone en Cámara: <<No hay ni mal ni bien, sólo hay poder y personas demasiado débiles para buscarlo.>> Salazar Slytherin, el fundador de Hogwarts que da nombre a la casa, era tan retorcido que incluso construyó la Cámara de los Secretos en los subterráneos del colegio sin mencionárselo a los demás fundadores. Entonces, ¿no sería lo más sensato deshacerse de ellos?

De hecho, eso iría en contra de la filosofía de J. K. Rowling. Lo cierto es que la presencia de los Slytherin en Hogwarts ilustra a la perfección su concepto del bien y el mal.

Entre los muros de Hogwarts, la dirección de Dumbledore ha creado un ideal muy atractivo. El mal no debe apartarse con temor, ni tampoco afrontarse solamente con compasión. En más de una ocasión, Dumbledore ha demostrado tener una gran fe en que los magos caídos puedan redimirse.

Cada uno de los fundadores de Hogwarts tenía cualidades personales que formaban parte de un todo equilibrado. Incluso la ambición de los Slytherin puede dirigirse hacia el bien; siempre que esté compensada por las características que exhiben los demás alumnos. Forma parte de la realidad, parte de cada persona, de igual manera que Harry tiene algo de Voldemort en sí mismo. Intentar eliminarlo sería absurdo, además de imposible.

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-Es apropiado que Harry inicie cada año escolar viajando en el expreso de Hogwarts. J. K. Rowling concibió sus aventuras mientras viajaba en tren.