Fénix.

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-¡Oye! ¡Tú! ¿Qué es esa cosa? -le preguntó Tyna a la recepcionista, quizá con algo más de rudeza de la necesaria.

-¡Esss un Piccan! ¡Atacan losss pobladosss en busssca de comida! -explico la chica reptil muy nerviosa-. Generalmente uno sssolo no esss problema, los miembrosss del gremio losss matan antesss de que den sssu alerta, pero ahora no essstan, y sssi esso avisssa a los demásss de sssu nidada, cientosss vendrán a devorar lo que encuentren en sssu camino.

-Ésta bien, Aria, mantente alerta en el suelo por si llega a caer aquí, no intentes usar ningún canto, aun no, hay demasiadas personas. Tyna, derribalo.

-No me des ordenes -me dices eso, pero aun así comienzas a reunir tú magia ¿quién te entiende?

Las sombras alrededor de los edificios comenzaron a formar tentáculos negros que salieron disparados hacia la criatura, en cuanto hicieron contacto con su piel produjeron un sonido como el de metales chocando, pero, aunque le hacieron alguna heridas, no lograr atravesar su dura coraza. A pesar de tener una ligera esperanza que eso fuera suficiente, ya sabia que no bastaría, aunque me sirvió para ver la defensa física tan grande que tiene esa criatura.

El Piccan, al sentir los golpes contra su cuerpo, miro en nuestra dirección y  se concentró en nosotros, agitando sus grandes alas y soltando un rugido mas propio de un león que de un pájaro. Al ver a la criatura volar hacia donde estábamos la recepcionista dio un grito que por poco me deja sordo y entró a toda prisa en la sede del gremio, a nuestro alrededor casi todo mundo comenzó a correr en dirección contraria a la criatura, los que no subieron ágilmente a los techos de las casas circundantes y empezaron a cargar una especie de arpón gigante, pero lo proyectiles lucían pesados, tal vez por eso tardaban mucho solo para colocarlo en su lugar. Bueno, las calles quedaron despejadas y nos dejaron espacio para actuar, así que no me quejo.

-Clarisse, tu turno -necesitaba ver su resistencia mágica y para eso nadie mejor que ella. Según he logrado averiguar, la magia de destrucción, al contrario de las otras, actúa directamente alterando la energia mágica del objetivo, incluso la de objetos  inanimados. Si la defensa mágica de la criatura es poca, Clarisse le hará mucho daño.

-¿Seguro, maestro?

-Si, pero intenta apuntar a un ala, Aria, preparaté.

El espacio alrededor de Clarisse comenzó a deformarse, en unos momentos tenia una gran cantidad de energia reunida que arrojó hacia el Piccan. La magia choco contra la criatura, dándole en el ala izquierda y desgarrando gran parte de está, ocasionando que cayera muy cerca de nosotros y no pudiera alzar vuelo de nuevo debido a la herida.

Pero la criatura no estaba vencida. De hecho, solo el ala estaba dañada, el resto de su cuerpo no tenia ninguna herida de consideración. El Piccan rugió y comenzó a correr hacia donde estábamos a una velocidad asombrosa, apenas lo logramos esquivar. Mientras evadía su ataque lo intente cortar con mi espada, pero pareció como si golpeara a una pared de granito, incluso me lastime la mano. Verdaderamente tenia unas defensas físicas formidables.

-Señor de las llama, renace de tus cenizas, alza tu vuelo y arrasa con todo a paso. ¡Fénix!

¡Demonios! ¡Le dije que nada de cantos! ¿Y el fénix? ¿En serio? Deberé regañarla severamente cuando esto termine, gracias al cielo ya no hay nadie por aquí que pueda salir lastimado. El fénix es un hechizo de fuego que crea una enorme ave elemental que embiste a sus enemigos con una gran fuerza y libera una gran cantidad de energia, pero el hechizo es muy difícil de ejecutar. Es una suerte que ella lo hiciera mal o ahora seriamos historia.

Theria Volumen 1: Un Nuevo Mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora